Cada 8 de noviembre, en conmemoración del descubrimiento en 1895 de los Rayos X, se celebra el Día Mundial de la Radiología. Hasta hace unas décadas, el rol de la radiología estaba limitado al diagnóstico por imagen, pero como reivindican desde la Sociedad Española de Radiología Vascular e Intervencionista (SERVEI), hoy ...
Cada 8 de noviembre, en conmemoración del descubrimiento en 1895 de los Rayos X, se celebra el Día Mundial de la Radiología. Hasta hace unas décadas, el rol de la radiología estaba limitado al diagnóstico por imagen, pero como reivindican desde la Sociedad Española de Radiología Vascular e Intervencionista (SERVEI), hoy estos profesionales son reconocidos como "actores clave en el manejo y tratamiento de muchas enfermedades".
La prueba, señala el doctor Javier Blázquez, jefe de Radiología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid y miembro de la SERVEI, de la que también es expresidente, es la "indispensable presencia" de los radiólogos vasculares e intervencionistas (RVI) en los comités multidisciplinares de numerosas enfermedades. "La medicina moderna ha evolucionado hacia un modelo colaborativo donde las decisiones se toman en equipo, y los RVI desempeñan un papel esencial, aportando su experiencia tanto en el diagnóstico como en el tratamiento de diversas patologías complejas. En estos comités, nuestra participación asegura una visión integral del paciente, ya que contribuimos tanto a la comprensión de la enfermedad mediante la interpretación de imágenes avanzadas, como a la planificación de intervenciones mínimamente invasivas cuando son necesarias", sostiene.
Según el experto, este cambio de paradigma en la función del RVI ha sido "especialmente beneficioso" en áreas médicas como la oncología, donde las decisiones deben ser rápidas y bien fundamentadas para ofrecer la mejor opción terapéutica en el momento adecuado: "En estos últimos años, la oncología es el área donde nuestra presencia es más notable, ya que los tratamientos intervencionistas ofrecen alternativas menos invasivas que complementan o incluso sustituyen a la cirugía en ciertos casos. En patologías como el cáncer hepático, el renal o el de pulmón, las técnicas intervencionistas como la ablación percutánea, la radiofrecuencia y la quimioembolización han demostrado ser efectivas".
En opinión de Blázquez, este cambio de paradigma ha ido unido a "un aumento de la responsabilidad", pero también ha permitido a los RVI innovar en su práctica cínica, colaborando estrechamente con otras especialidades y usando herramientas avanzadas, como la inteligencia artificial (IA), que facilita la identificación de patrones anómalos en las imágenes y ayuda a priorizar los casos críticos, optimizando así el tiempo y recursos para ofrecer la mejor atención posible. "Esta integración de la IA ha sido fundamental, no solo para mejorar la precisión diagnóstica, sino también para permitir una respuesta más ágil. Con el apoyo de la IA estamos logrando que los flujos de trabajo sean más eficientes, priorizando automáticamente los casos que presentan hallazgos críticos, lo cual reduce los tiempos de espera para los pacientes que más lo necesitan. Esto es especialmente relevante en patologías oncológicas, donde cada día cuenta y el tiempo de respuesta puede marcar la diferencia en el pronóstico del paciente", argumenta el portavoz de la SERVEI.
Además de las áreas en los que las que los radiólogos vasculares e intervencionistas ya tienen una gran presencia tanto en el diagnóstico como en el tratamiento (enfermedades cardiovasculares, tratamiento de estenosis, oclusiones arteriales, y aneurismas, patología venosa como trombosis, tratamientos de dilataciones varicosas, tromboembolismo pulmonar o las citadas enfermedades oncológicas, entre otras), el doctor Javier Blázquez cree "firmemente" que el futuro de la RVI, impulsado por los avances tecnológicos y la integración de la inteligencia artificial en la práctica clínica, pasa por la expansión hacia nuevas áreas.
"Por ejemplo, en la patología musculoesquelética ya estamos empezando a intervenir en el tratamiento del dolor a través de técnicas de ablación, y también en la radiología intervencionista oncológica, donde la IA nos permite planificar tratamientos más precisos y personalizados, ajustados al perfil molecular y genético de cada paciente", enumera el experto, que también observa un potencial enorme de la RVI en la medicina preventiva. "La IA puede ayudarnos a identificar patrones de riesgo y actuar de manera proactiva, evitando que ciertas patologías se desarrollen o lleguen a un estado avanzado. Esto no solo aumentará la precisión de nuestros tratamientos, sino que también cambiará el enfoque de la medicina hacia un modelo más preventivo y menos reactivo, en beneficio de nuestros pacientes y de la sostenibilidad del sistema de salud", concluye.