Las bacterias asociadas con la inflamación se encuentran en el intestino en mayores cantidades aproximadamente diez meses antes de que los pacientes desarrollen artritis reumatoide, una enfermedad crónica que causa hinchazón, dolor y rigidez en las articulaciones porque el sistema inmunitario ataca por error a las células sanas del cuerpo. No obstante, ...
Las bacterias asociadas con la inflamación se encuentran en el intestino en mayores cantidades aproximadamente diez meses antes de que los pacientes desarrollen artritis reumatoide, una enfermedad crónica que causa hinchazón, dolor y rigidez en las articulaciones porque el sistema inmunitario ataca por error a las células sanas del cuerpo.
No obstante, la relación exacta entre la inflamación intestinal y el desarrollo de la artritis reumatoide sigue sin estar clara. En esta línea investigadores de la Universidad de Leeds (Reino Unido) realizaron un estudio con el fin de comprobar los cambios estructurales, funcionales y temporales en el microbioma intestinal de pacientes que acabarán padeciendo dicha enfermedad.
"Los pacientes en riesgo de padecer artritis reumatoide experimentan previamente síntomas como fatiga y dolor en las articulaciones. Estas personas en riesgo, a menudo, sienten una sensación de desesperanza o incluso evitan hacerse la prueba", según el investigador principal, Dr. Christopher Rooney, profesor clínico académico del NIHR en la Universidad de Leeds y el Leeds Teaching Hospitals NHS Trust.
El estudio longitudinal, publicado en ´Annals of the Rheumatic Diseases´, se realizó en 19 pacientes con riesgo de artritis reumatoide, con muestras tomadas cinco veces durante un período de 15 meses.
Cinco de estos pacientes desarrollaron artritis clínica y la investigación demostró que tenían inestabilidad intestinal con mayores cantidades de bacterias, incluida Prevotella, que se asocia con la artritis reumatoide, unos diez meses antes de la progresión. Los 14 restantes, cuya enfermedad no progresó, tenían cantidades de bacterias en el intestino en gran medida estables.
Los resultados de este grupo más grande mostraron que el microbioma intestinal era menos diverso en el grupo de riesgo, en comparación con el grupo de control sano. En un reducido número de pacientes del estudio, los cambios intestinales ocurrieron antes de que un reumatólogo observara cambios en las articulaciones.
El equipo de investigación de Leeds ahora realizará un análisis de los tratamientos que ya se han probado, para informar las futuras pruebas terapéuticas en este posible punto de intervención de diez meses, considerando, además que esta investigación podría brindar una gran oportunidad de actuar antes para prevenir la artritis reumatoide. Aun así reconocen que se necesitan más investigaciones para determinar si estos factores se asocian entre sí.