Científicos de la Universidad de Sichuán han establecido la existencia de una correlación negativa entre los niveles de vitamina B12 circulantes, estimados sobre polimorfismos genéticos, y el riesgo de pancreatitis aguda. La asociación fue específica, ya que no fue observada con otros nutrientes de un solo carbono, tales como el ...
Científicos de la Universidad de Sichuán han establecido la existencia de una correlación negativa entre los niveles de vitamina B12 circulantes, estimados sobre polimorfismos genéticos, y el riesgo de pancreatitis aguda. La asociación fue específica, ya que no fue observada con otros nutrientes de un solo carbono, tales como el folato o la homocisteína. La relevancia patofisiológica de esta correlación pudo ser sustanciada en un modelo de la enfermedad, en ratones genéticamente deficientes en el receptor de la transcobalamina, cuyas células pancreáticas mostraron una reducida capacidad de captar y producir ATP, promoviendo la necrosis de las células acinares y empeorando la patología de la pancreatitis.
Xianming Mo, codirector del estudio, afirma que tanto el daño tisular como las alteraciones bioquímicas asociadas al mismo pudieron ser reducidas significativamente mediante la administración intraperitoneal de múltiples dosis de vitamina B12, espaciadas por periodos de una hora. Estos animales, prosigue el investigador, exhibieron reducciones en los niveles circulantes de amilasa y menor formación de complejos tubulares ductales. Aunque la terapia careció de efecto sobre la activación de la respuesta inmunitaria innata en el tejido, en otro modelo de pancreatitis aguda sí se constataron disminuciones en el grado de infiltración tisular por macrófagos y linfocitos T citotóxicos, con un concomitante incremento del de los linfocitos T reguladores, de conocida función inmunosupresora y antiinflamatoria.
Mo subraya el potencial de la vitamina B12, también a nivel profiláctico, como se demostró en experimentos en los que la terapia antes de la inducción de la pancreatitis ofreció beneficios similares. Mo concluye señalando que los hallazgos justifican el inicio de ensayos clínicos, dirigidos a determinar si la administración de esta vitamina en las primeras 24 horas de la pancreatitis aguda mejoras los desenlaces.