El consumo de medicamentos, homeopatía o remedios naturales es una práctica que ha ido creciendo exponencialmente en la sociedad. El fácil acceso a estos, la disponibilidad de todo tipo de información en línea o la falta de tiempo para consultar a un médico o profesional de la salud, son algunos ...
El consumo de medicamentos, homeopatía o remedios naturales es una práctica que ha ido creciendo exponencialmente en la sociedad. El fácil acceso a estos, la disponibilidad de todo tipo de información en línea o la falta de tiempo para consultar a un médico o profesional de la salud, son algunos de los motivos por los que los españoles dicen automedicarse. En este sentido, según los datos recogidos del VII Estudio de Salud y Estilo de Vida de Aegon, un 38,6% de los españoles toma algún preparado para la salud sin prescripción médica, bien sean medicamentos, productos homeopáticos o remedios naturales. En comparación con 2023, este porcentaje se ha incrementado en 3,7 puntos porcentuales.
Este aumento se distribuye de manera homogénea entre todas las categorías de productos. Así, el grupo más numeroso lo forman quienes consumen medicamentos (19,6%), 1,9 puntos porcentuales más que en 2023), seguido de los consumidores de productos homeopáticos y naturales (13,8%, 1.1 puntos más). Además, un 5,3% (4,5 en 2023), toman ambos tipos de preparados.
Al mismo tiempo, se observa una relación inversamente proporcional entre el consumo de productos para la salud sin prescripción médica y cómo se sienten las personas que las toman. Quienes se automedican, evalúan peor su estado de salud física, emocional o satisfacción con la vida y la felicidad.
Mujeres y jóvenes, los perfiles que más se automedican
Según variables sociodemográficas, las mujeres tienen más tendencia a automedicarse que los hombres (42,5% vs 34,4%). Por otro lado, y contrariamente a lo que podría pensarse, el grupo de edad que más recurre a los tratamientos sin prescripción, son los jóvenes de 18 a 25 años (52,5%), que toma algún tipo de medicación por su cuenta y que esta práctica desciende a medida que lo hace la edad.
Además, las diferentes situaciones laborales influyen en el grado de automedicación. Las conclusiones del estudio confirman que hay una gran relación entre quienes han perdido su trabajo o han estado en ERTE, que recurren a la automedicación en un 56,6%. También, quienes trabajan actualmente también toman más productos para la salud sin prescripción que quienes no tienen un empleo (42,1% frente al 33,7% respectivamente).
Por comunidades autónomas, el País Vasco (46,2%), Navarra (45%) y Castilla-La Mancha (44,4%) concentran más personas que se automedican. En cambio, es en Aragón (24,8%), Castilla y León (30,2%) y Asturias (32,2%) donde hay un porcentaje menor. Andalucía destaca por ser la región en la que los ciudadanos consumen más fármacos por decisión propia: casi una de cada cuatro toma medicamentos que no le han sido recetados.
Saber lo que les va a recetar el médico o pensar que lo que les ocurre no es grave, son los motivos más comunes para automedicarse
Al preguntar a los encuestados por qué se automedican, los motivos predominantes son saber lo que les recetaría el médico por los síntomas que tienen (38,2%) y estar convencidos de que lo que les ocurre no es grave (32,3%). Hay otros motivos que están más vinculados con el tiempo como no querer perder tiempo en ir a consulta o no querer esperar a tener una cita por los largos tiempos de espera (20,5% en ambos casos). Adicionalmente hay un grupo de personas que piensa que siempre termina consumiendo lo mismo (15,9%).
En cuanto a las razones en función de los perfiles, son los hombres los que tienden a tomar preparados sin prescripción ya que piensan que lo que les pasa no es grave (40,9% frente a 25,6% de las mujeres) o porque siempre toman lo mismo (19,5% frente al 13,2% de la muestra femenina).
Antiinflamatorios y/o analgésicos son los medicamentos más consumidos sin prescripción médica
En la mayoría de los casos, los medicamentos más consumidos sin prescripción médica son de tipo antiinflamatorio o analgésicos (72,5%) similar a ediciones anteriores al estudio. Se modera ligeramente el uso de ansiolíticos o antidepresivos, aunque continúan siendo utilizados por casi una de cada cinco personas que se automedican.
Segmentando por perfiles, se observa un mayor consumo de analgésicos y antiinflamatorios entre mujeres (75,4%) y personas entre 41 y 55 años (80,5%). Por edades, el grupo de 18 a 25 años es el que más consume ansiolíticos y antidepresivos (24,7%), mientras que tomar antibióticos que no ha recetado el médico es más frecuentes en el grupo de las personas entre 26 y 40 años (24,1%).