Buenas Prácticas en acción: Factores transversales que marcan la diferencia. Del papel a la realidad: Casos reales de Buenas Prácticas en el proceso asistencial. Midiendo lo invisible: Cómo evaluar las Buenas Prácticas Clínicas y su impacto en la salud. Resultados sobre el estudio Proyecciones de la especialidad Neurología. Horizonte 2035. ...
Buenas Prácticas en acción: Factores transversales que marcan la diferencia. Del papel a la realidad: Casos reales de Buenas Prácticas en el proceso asistencial. Midiendo lo invisible: Cómo evaluar las Buenas Prácticas Clínicas y su impacto en la salud. Resultados sobre el estudio Proyecciones de la especialidad Neurología. Horizonte 2035. La reunión del Grupo Gestión clínica y calidad asistencial en neurología trató estos temas en la 76ª edición de la Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
Jesús Martín, del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, expuso sobre el paciente como centro. Para él, las buenas prácticas tienen aplicación en la clínica. Debería responder a las necesidades del paciente y mejorar la eficiencia. En alguna medida, influye en la calidad de la atención. Desgranó el marco de la atención centrada en el paciente como respuesta a los desafíos de la atención sanitaria actual. A la complejidad de las enfermedades crónicas se le añade la morbimortalidad vinculada al envejecimiento. Además, tensiona el coste farmacológico al sistema sanitario. Hay un coste que muchas veces no va asociado a resultados en salud, como puede ser la mortalidad o la esperanza de vida.
Repasó las dimensiones para mejorar la calidad de la atención médica. Seguridad: evitar daños a los pacientes derivados de la atención. Efectividad: proporcionar servicios basados en el conocimiento científico. Centrado en el Paciente: Atender las preferencias, necesidades y valores del paciente. Oportuno: minimizar demoras que puedan causar daño o incomodidad. Eficiente: utilizar recursos de manera eficaz, evitando desperdicios. Equitativo. Defendió que las buenas prácticas son efectivas, eficientes, favorecen la equidad en el acceso de los recursos y aumentan la satisfacción del paciente y de los profesionales. Incidió en que las buenas prácticas no sólo buscan efectividad en términos de resultados sino también eficacia en el uso de recursos. Propuso cambiar el término paciente por el de persona, para centrar la atención en la persona.
Hay que integrar tecnologías. Se abre el campo de la inteligencia artificial (IA) en la práctica clínica. La constante investigación médica impulsa la actualización de buenas prácticas para incorporar avances y reemplazar enfoques obsoletos. Emergencias globales y transiciones demográficas requieren revisiones continuas para afrontar nuevos retos. La digitalización, la inteligencia artificial y la telemedicina exigen guías para su integración efectiva en el cuidado del paciente. La necesidad de eficiencia económica resalta la importancia de prácticas que optimicen recursos sin comprometer la calidad. Aseveró que "la colaboración multidisciplinar es esencial". Sostuvo que es necesaria la formación continua. Hay que entender que el médico es una parte de la atención. La utilización de la telemedicina para facilitar la accesibilidad es una buena práctica.