Científicos de diversos centros italianos han descubierto que la inactivación del gen ERAP1, mediante técnicas de edición genética, incrementa la susceptibilidad del neuroblastoma murino a la acción del sistema inmunitario. En el modelo utilizado, que mimetiza el neuroblastoma humano de alto riesgo, esta intervención resultó en mayor grado de eliminación ...
Científicos de diversos centros italianos han descubierto que la inactivación del gen ERAP1, mediante técnicas de edición genética, incrementa la susceptibilidad del neuroblastoma murino a la acción del sistema inmunitario. En el modelo utilizado, que mimetiza el neuroblastoma humano de alto riesgo, esta intervención resultó en mayor grado de eliminación de las células tumorales por los linfocitos T citotóxicos y las células NK, in vitro. En un modelo adicional in vivo, la progresión del neuroblastoma deficiente en ERAP1 pudo ser controlada mediante el tratamiento de combinación con entinostat, fármaco inhibidor de las histona-deacetilasas, y un anticuerpo ant-PD-1.
Este régimen terapéutico también prolongó la supervivencia de los animales, según afirma Doriana Fruci, investigadora del Hospital Pediátrico IRCCS de Roma y directora del estudio. En efecto, todos los animales seguían vivos a los 46 días, en contraste con el 57% en los tratados sólo con entinostat. La científica prosigue indicando que este último fármaco actúa induciendo la expresión de moléculas de histocompatibilidad (MHC-I) en el tumor, necesarias para el reconocimiento de antígenos por el sistema inmunitario. Adicionalmente, la inhibición de ERAP1 modifica el conjunto de péptidos inmunogénicos generados por el neuroblastoma.
Fruci señala que la baja carga mutacional y la baja expresión de MHC-I contribuyen de manera decisiva al escape inmunológico del neuroblastoma. La estrategia ahora examinada favorece la generación de neoantígenos y promueve la infiltración inmunitaria en el tumor, por lo que podría ser también explotada en otros tipos de cáncer, concluye Fruci.