La obesidad es un problema de salud mundial acuciante con pocos tratamientos efectivos a largo plazo. Uno de los que se emplean desde hace tiempo es la terapia con balón intragástrico que pretende ofrecer una solución mínimamente invasiva para ayudar a los pacientes a perder. Sin embargo, no exenta de algunas limitaciones, ...
La obesidad es un problema de salud mundial acuciante con pocos tratamientos efectivos a largo plazo. Uno de los que se emplean desde hace tiempo es la terapia con balón intragástrico que pretende ofrecer una solución mínimamente invasiva para ayudar a los pacientes a perder. Sin embargo, no exenta de algunas limitaciones, incluida la falta de pérdida de peso persistente a partir de los tres meses de su aplicación. Intentar superar esa limitación ha sido el objetivo de un trabajo realizado por ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) (EEUU), a partir del diseño de un nuevo tipo de balón gástrico que se puede inflar y desinflar según sea necesario.
Dicho tipo de intervención podría ofrecer una alternativa para las personas que no quieren someterse a tratamientos más invasivos, como la cirugía de bypass gástrico, o personas que no responden bien a los medicamentos para perder peso. "El concepto básico es que podemos tener este globo dinámico, por lo que se inflaría justo antes de una comida y así se evita la sensación de hambre. Después se desinflaría entre comidas", explicó Giovanni Traverso, profesor asociado de ingeniería mecánica en el MIT, gastroenterólogo en el Brigham and Women's Hospital y autor principal del proyecto.
Para lograr un efecto más duradero de esta terapia en los pacientes, los investigadores se propusieron diseñar un dispositivo que pudiera expandirse y contraerse a demanda. Crearon dos prototipos: uno es un globo tradicional que se infla y desinfla, y el otro es un dispositivo mecánico con cuatro brazos que se expanden hacia afuera, empujando hacia afuera una cubierta de polímero elástico que presiona la pared del estómago. Finalmente, terminaron decidiendo optar por la opción del globo.
De esta forma, el nuevo balón si bien es similar a un balón gástrico tradicional, sin embargo, se inserta en el estómago a través de una incisión en la pared abdominal. El balón está conectado a un controlador externo que se puede fijar a la piel y contiene una bomba que infla y desinfla el balón cuando es necesario. La inserción de este dispositivo sería similar al procedimiento utilizado para colocar una sonda de alimentación en el estómago de un paciente, que se realiza habitualmente en personas que no pueden comer ni beber.
En pruebas con animales, los investigadores descubrieron que inflar el globo antes de las comidas conducía a una reducción del 60 por ciento en la cantidad de alimentos consumidos. Estos estudios se realizaron en el transcurso de un mes, pero los investigadores ahora planean realizar estudios a más largo plazo para ver si esta reducción conduce a una pérdida de peso.
"El uso de los balones gástricos tradicionales suele durar seis meses, si no más, y solo entonces se observa una buena pérdida de peso. Tendremos que evaluar nuestro dispositivo en un período similar o a más largo plazo para demostrar que realmente funciona mejor", según Neil Zixun Jia, autor principal del trabajo.