El cáncer colorrectal afecta a más de dos millones de personas en todo el mundo cada año y es considerado, actualmente, una de las principales causas de mortalidad asociada al cáncer, y su incidencia está aumentando, especialmente, entre las personas menores de 50 años. La evidencia científica constata que la enfermedad ...
El cáncer colorrectal afecta a más de dos millones de personas en todo el mundo cada año y es considerado, actualmente, una de las principales causas de mortalidad asociada al cáncer, y su incidencia está aumentando, especialmente, entre las personas menores de 50 años.
La evidencia científica constata que la enfermedad tiene mucho que ver con una actividad física inadecuada y dietas poco saludables, así como el papel de la disbiosis del microbioma intestinal y algunas bacterias específicas en la promoción del cáncer colorrectal. Entre dichas bacterias se encuentra la Escherichia coli (E. coli) y su capacidad para producir colibactina, una característica que presentan algunas de sus cepas, según han podido averiguar investigadores del Instituto Wellcome Sanger (Reino Unido), y sus colaboradores. En concreto, analizaron las dos cepas dominantes de E. coli que producen esta sustancia que se ha identificado previamente como un factor de riesgo para el cáncer colorrectal, cuyos resultados se publican en 'Lancet Microbe'.
La bacteria E. coli se encuentra comúnmente en el intestino humano. La mayoría de las cepas de E. coli son inofensivas; sin embargo, si la bacteria ingresa al torrente sanguíneo debido a un sistema inmunológico debilitado, puede causar infecciones, que van desde leves hasta potencialmente mortales.
La producción de colibactina es un proceso energéticamente costoso para la bacteria E. coli y requiere una adaptación genética que garantice que el proceso no sea demasiado costoso para ella. Esta adaptación es difícil de adquirir mediante transferencia horizontal de genes, que es la forma en que las bacterias comparten caracteres. Debido a esto, solo dos cepas exitosas de E. coli , de los cientos que contiene dicha bacteria y que circulan globalmente, han logrado establecer un mantenimiento estable de los genes productores de colibactina durante los últimos siglos.
Productoras de colibactina
Los investigadores emplearon la vigilancia genómica para rastrear las diferentes cepas de E. coli en diferentes países, incluidos el Reino Unido, Noruega, Pakistán y Bangladesh. Esto les ha permitido identificar los factores que provocan la propagación de ciertas cepas y destacar nuevas formas posibles de detener las cepas que causan enfermedades.
La evidencia preliminar sugiere que las cepas de E. coli productoras de colibactina también juegan un papel en el desarrollo de cánceres del tracto urinario, como el cáncer de vejiga y de próstata, ya que este es un sitio común de infección por esta bacteria.
Se ha podido constatar que estas dos cepas se encuentran con mayor frecuencia en los países industrializados, donde causan tasas elevadas de infecciones del tracto urinario (ITU) e infecciones del torrente sanguíneo.
El equipo plantea la hipótesis de que la variación geográfica en la incidencia del cáncer se ve afectada por los distintos niveles de exposición de la población a estas dos cepas de E. coli . No obstante, consideran que se necesitan más investigaciones, incluido un muestreo de tumores a gran escala, para aclarar el papel de la colibactina en el cáncer.