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Mayor riesgo de glaucoma primario de ángulo abierto con amlodipino

Investigadores recomiendan evitar el uso del fármaco en pacientes hipertensos que ya presentan esta alteración ocular, o son portadores de polimorfismos genéticos asociados a mayor riesgo de sufrirla.

09/12/2024

Científicos de diversos centros estadounidenses han establecido que el tratamiento antihipertensivo con amlodipino se asocia a un incremento del 16% en el riesgo de glaucoma primario de ángulo abierto (GPAA), especialmente en hombres y con el avance de la edad, así como en portadores de tres polimorfismos genéticos de riesgo ...

Científicos de diversos centros estadounidenses han establecido que el tratamiento antihipertensivo con amlodipino se asocia a un incremento del 16% en el riesgo de glaucoma primario de ángulo abierto (GPAA), especialmente en hombres y con el avance de la edad, así como en portadores de tres polimorfismos genéticos de riesgo de GPAA. 

Steven Lehrer, investigador de la Icahn School of Medicine y director del estudio, afirma que éste ha sido realizado sobre un conjunto de más de 11 millones de sujetos, en los que la prevalencia de esta alteración ocular resultó ser dos veces mayor con el uso del fármaco, sin que se detectara ninguna asociación entre el uso de amlodipino y la presión intraocular en cualquiera de los dos ojos. El científico prosigue indicando que un metanálisis previo había señalado que el uso de inhibidores de los canales de calcio en la terapia de la hipertensión aumenta el riesgo de glaucoma, en comparación con las personas que nunca han sido tratados con antihipertensivos. 

Sin embargo, otros estudios han proporcionado evidencia conflictiva acerca de la relación entre este grupo de fármacos y el riesgo de GPAA o de aumento de la presión intraocular. Dado que el amlodipino es frecuentemente prescrito como tratamiento de primera línea en la hipertensión, el conocimiento de los hallazgos ahora reportados podría guiar las decisiones clínicas en pacientes de riesgo, favoreciendo la selección de diuréticos y beta-bloqueantes, los cuales no han sido asociados a ninguna de las dos alteraciones oculares, concluye Lehrer.

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