La hipertensión es un factor de riesgo cardiovascular asociado a la función cognitiva. Dado que la presión arterial fluctúa debido a los cambios relacionados con el envejecimiento, es por ello que "los adultos mayores deben ser monitoreados rutinariamente para determinar su presión arterial y cualquier cambio a lo largo del tiempo ...
La hipertensión es un factor de riesgo cardiovascular asociado a la función cognitiva. Dado que la presión arterial fluctúa debido a los cambios relacionados con el envejecimiento, es por ello que "los adultos mayores deben ser monitoreados rutinariamente para determinar su presión arterial y cualquier cambio a lo largo del tiempo para poder identificar a las personas que pueden tener este problema y trabajar en ello, ya que podría ayudar potencialmente a prevenir o retrasar problemas cognitivos". Así lo considera la Dra. Anisa Dhana, de la Universidad Rush en Chicago, autora de un estudio, en colaboración con otro equipo de la Universidad de California en Davis (EEUU) sobre como la presión arterial puede fluctuar debido a los cambios relacionados con el envejecimiento, publicado en la revista 'Neurology', de la Academia Estadounidense de Neurología.
El período de seguimiento de 18 años de este estudio proporciona un panorama más completo de cómo los patrones de presión arterial afectan la salud cerebral a lo largo del tiempo, según sus autores, teniendo en cuenta que el trabajo no prueba que las fluctuaciones en la presión arterial causen problemas con las habilidades de pensamiento, sino que sólo muestra una asociación.
En el estudio participaron 4.770 personas con una edad promedio de 71 años, de distintas razas, 2.998 (62,9%) eran mujeres, mientras un 66% de participantes era de raza negra. Los seleccionados se sometieron a pruebas de presión arterial al comienzo del estudio y luego cada tres años durante un promedio de 10 años. También completaron pruebas de habilidades de pensamiento y memoria al comienzo y en su última visita. La mayoría de ellos mostró una presión arterial promedio de 138/78 mmHg, dentro de la normalidad.
Los participantes se dividieron en tres grupos en función de cuánto variaba su presión arterial a lo largo del tiempo. En el caso de los participantes negros, aquellos con mayor variabilidad en su presión arterial obtuvieron puntuaciones más bajas en las pruebas cognitivas que aquellos con menor variabilidad. La diferencia en las puntuaciones fue el equivalente a 2,8 años de envejecimiento cognitivo.
En el caso de las personas con medicación para la presión arterial al inicio del estudio, no hubo diferencias en los puntajes en las pruebas de pensamiento al final del estudio entre los grupos con variación de presión arterial alta y baja.
Los resultados sugieren que "la fluctuación en la presión arterial es un factor de riesgo para los problemas cognitivos más allá de los efectos negativos de la presión arterial alta en sí", según la Dra. Dhana. Por tanto, agregó, "el control de la presión arterial y sus fluctuaciones se está convirtiendo en un factor de riesgo esencial que se puede modificar".