La rosácea es reconocida como una dermatosis facial crónica con una importante carga de prevalencia global y, por lo general, se presenta por primera vez entre los 30 y los 60 años. Su impacto se extiende más allá de los síntomas físicos. En este sentido, hay evidencia de que el enrojecimiento, las ...
La rosácea es reconocida como una dermatosis facial crónica con una importante carga de prevalencia global y, por lo general, se presenta por primera vez entre los 30 y los 60 años. Su impacto se extiende más allá de los síntomas físicos. En este sentido, hay evidencia de que el enrojecimiento, las lesiones y las molestias oculares asociadas con la rosácea pueden dañar la autoimagen, la autoestima y el bienestar general del paciente, la cual ha sido reforzada con un reciente estudio en el que se midió la calidad de vida general y el bienestar emocional de pacientes con rosácea en comparación con controles sanos.
Los resultados, expuestos en la revista digital 'Dermatology Times' apuntan a que la mayor duración y gravedad de la enfermedad incrementan las probabilidades de los afectados de sufrir depresión y ansiedad.
El estudio de casos y controles se llevó a cabo en el departamento ambulatorio de un hospital en Jordania entre septiembre de 2022 y noviembre de 2023. Un total de 396 pacientes se dividieron en un grupo de control sano y una cohorte de rosácea. Los pacientes con rosácea tenían 18 años o más con un diagnóstico clínico confirmado y una duración de la enfermedad de 3 meses o más. Se clasificaron en cuatro subtipos: rosácea eritematotelangiectásica, papulopustulosa, fimatosa u ocular. Los participantes de la cohorte sana también eran adultos de 18 años o más y no tenían ninguna afección cutánea crónica. Entre los 2 grupos, la edad media fue de unos 37 años y el 75% de todos los participantes eran mujeres.
Como herramientas para evaluar la calidad de vida relacionada con la salud se utilizaron el Índice de calidad de vida en dermatología (DLQI) y la Escala de ansiedad y depresión hospitalaria (HADS) . Además, se utilizó la Evaluación del eritema del médico (CEA) para evaluar la gravedad de la enfermedad.
La alta prevalencia de ansiedad (57%) y depresión (31%) entre los pacientes con rosácea sugiere la necesidad de un examen psicológico de rutina en las clínicas de dermatología, según los autores del mismo, quienes recomendan un enfoque de tratamiento multimodal que combine el manejo de los síntomas físicos con el apoyo psicológico, en particular para los pacientes con lesiones faciales visibles y una mayor gravedad de la enfermedad.
Si bien se consideraron varias limitaciones, como el diseño de casos y controles del estudio y la limitada generalización, debido al uso exclusivo de datos de reclutamiento hospitalario, el estudio proporciona evidencia de que la rosácea ocasiona un impacto adverso en la calidad de vida. Los pacientes con rosácea demostraron una calidad de vida significativamente peor en comparación con los controles sanos.