Científicos de diversos centros escandinavos han llevado a cabo un extenso secuenciado de ARN en individuos sanos y pacientes con mieloma múltiple, hallando que estos últimos se distinguen por una mayor expresión de ARNs circulares en la médula ósea. Este rasgo, en conjunción con una baja tasa de proliferación de ...
Científicos de diversos centros escandinavos han llevado a cabo un extenso secuenciado de ARN en individuos sanos y pacientes con mieloma múltiple, hallando que estos últimos se distinguen por una mayor expresión de ARNs circulares en la médula ósea. Este rasgo, en conjunción con una baja tasa de proliferación de las células en esta localización, se asoció a peor prognosis en términos de supervivencia global (SG). En contraste, en células plasmáticas purificadas la asociación hallada fue la opuesta, observándose mayor SG con el mismo perfil de biomarcadores.
Lasse Sommer Kristensen, investigador de la Universidad de Aarhus y director del estudio, afirma que los ARN circulares son ácidos ribonucleicos no codificantes que se caracterizan por su baja tasa de biogénesis, lo que resulta en su acumulación en células que no proliferan. A pesar de su potencial como factor pronóstico en muchos tipos de cáncer, su papel en el mieloma múltiple ha sido poco estudiado, en parte debido a la dificultad de su detección mediante técnicas de secuenciación tradicionales, asegura el científico.
El actual trabajo se distingue por el uso de secuenciado profundo del ARN total, realizado sobre dos cohortes de pacientes bien caracterizadas, en el momento del diagnóstico y antes del inicio de la terapia. Kristensen prosigue indicando que las correlaciones halladas entre la proliferación y los niveles de ARNs circulares en las células plasmáticas resultaron ser específicas del tipo celular, lo que implica la necesidad de asegurar la pureza de la población analizada. Los actuales hallazgos asignan a estos ARNs un significativo potencial como biomarcadores pronósticos en el mieloma múltiple, concluye el científico.