Científicos del Instituto Nacional del Cáncer de los EE.UU. y de Syntrix Pharmaceuticals han evaluado el impacto de SX-682, fármaco actualmente en desarrollo clínico en múltiples indicaciones, en modelos in vitro e in vivo de carcinoma escamoso de cabeza y cuello sin infección por VPH. En ratones portadores de tumores ...
Científicos del Instituto Nacional del Cáncer de los EE.UU. y de Syntrix Pharmaceuticals han evaluado el impacto de SX-682, fármaco actualmente en desarrollo clínico en múltiples indicaciones, en modelos in vitro e in vivo de carcinoma escamoso de cabeza y cuello sin infección por VPH. En ratones portadores de tumores humanos, la combinación de terapia oral con SX-682 e intraperitoneal con docetaxel resultó en un robusto control de la enfermedad, en comparación con cada tratamiento por separado, erradicando el cáncer en el 57% de los animales.
En tumores infectados por el VPH, caracterizados por su baja producción de interleucina (IL)-8, tanto la sinergia como el resultado de las respectivas monoterapias fue inferior. Claudia Palena, directora del estudio, afirma que tanto la elevada expresión de IL-8 como de los receptores CXCR1 y CXCR2, a los que va dirigido SX-682, es un rasgo distintivo de los tumores sin VPH. La relación entre estos tres biomarcadores con la progresión tumoral pudo ser demostrada en experimentos in vitro, en los que la inhibición de CXCR1 y CXCR2 redujo la producción de IL-8, citoquina vinculada a la resistencia a la quimioterapia, con la consiguiente sensibilización de las células tumorales al docetaxel. Este efecto fue altamente selectivo, ya que SX-682 no exhibió sinergia alguna con el cisplatino.
Palena prosigue indicando que SX-682 indujo en el tumor un aumento de la expresión del microARN-200c, lo que resulta en la disminuida expresión de su diana molecular, la tubulina beta-3. Esta última forma parte del mecanismo de resistencia a las quimioterapias dirigidas a los microtúbulos, como es el caso del docetaxel. Los hallazgos ofrecen una base racional para el ulterior desarrollo clínico de los inhibidores de CXCR1 y CXCR2 en combinación con la quimioterapia, como segunda línea de tratamiento en este tipo de tumores, concluye la investigadora.