Los receptores de trasplantes de pulmón suelen tener peores resultados a largo plazo debido al rechazo agudo y a la disfunción crónica del injerto pulmonar. El procedimiento estándar actual tras un trasplante de pulmón es que los pacientes reciban inmunosupresión triple, a veces en combinación con terapia de inducción. Aunque este ...
Los receptores de trasplantes de pulmón suelen tener peores resultados a largo plazo debido al rechazo agudo y a la disfunción crónica del injerto pulmonar. El procedimiento estándar actual tras un trasplante de pulmón es que los pacientes reciban inmunosupresión triple, a veces en combinación con terapia de inducción. Aunque este procedimiento funciona bien para otros trasplantes, la tasa de rechazo agudo de los trasplantes de pulmón es del 10-50% en el primer año.
Para ayudar a superar este tipo de situaciones, investigadores del Programa de Trasplante Pulmonar de Viena de la Universidad Médica y del Hospital Universitario de Viena (Austria) han ensayado la aplicación de la fotoféresis extracorpórea (FEC) en estos casos. La FEC es una terapia celular basada en la luz ultravioleta que se desarrolló originalmente para el tratamiento del cáncer de piel (linfomas de células T) y también se utiliza desde principios de los años noventa para tratar el rechazo crónico tras un trasplante de pulmón.
Reducir el rechazo agudo
La investigación en MedUni Vienna y el Hospital Universitario de Viena ha demostrado que el uso de FEC conduce a una reducción estadísticamente significativa en el número y la gravedad de los episodios de rechazo agudo. El tratamiento, según sus responsables, consta de dos pasos consecutivos: primero, se extrae sangre del paciente para recolectar células mononucleares. Luego, estas células se exponen a 8-metoxipsoraleno (8-MOP), una sustancia biológicamente inerte que no interactúa con el tejido humano, pero reacciona con la luz UVA y provoca la apoptosis de las células, una especie de "suicidio controlado".
"Aunque la experiencia clínica en diferentes contextos de trasplantes ha mostrado resultados prometedores, muchos de los datos proceden de estudios de un solo centro que a menudo carecían de un grupo de control adecuado y utilizaban la FEC solo en pacientes seleccionados. Nuestro estudio tiene todo esto en cuenta y pudo demostrar que el uso de esta técnica reduce el riesgo de rechazo crónico e infección", tal como expuso el jefe de Medicina Interna del Programa de Trasplante Pulmonar de Viena, Dr. Peter Jaksch.
Con este estudio, publicado en el 'European Respiratory Journal', se pudo demostrar que los protocolos actuales de inmunosupresión tras el trasplante pulmonar aún tienen margen de mejora. Según sus responsables, "con el uso de la FEC se han podido superar significativamente los resultados a largo plazo de los pacientes, lo que hace posible su uso en la terapia profiláctica. Además, el trabajo ha servido para poder establecer nuevos estándares en el ámbito de las tasas de rechazo y la mortalidad, un paso más hacia la medicina inmunosupresora personalizada tras el trasplante pulmonar".
Otras ventajas de la FEC son la reducción del número de estancias hospitalarias y el tratamiento mínimamente invasivo sin efectos tóxicos, lo que la convierte en un tratamiento seguro y generalmente bien tolerado.