La contaminación atmosférica sigue siendo un problema medioambiental acuciante en la UE y un reto de cara al abordaje del cambio climático. El sector de la calefacción y la refrigeración, parte integrante de la vida cotidiana de los ciudadanos y las industrias y que produce la mitad del consumo final ...
La contaminación atmosférica sigue siendo un problema medioambiental acuciante en la UE y un reto de cara al abordaje del cambio climático. El sector de la calefacción y la refrigeración, parte integrante de la vida cotidiana de los ciudadanos y las industrias y que produce la mitad del consumo final bruto de energía (GFEC) en la UE-27, contribuye notablemente a las emisiones de contaminantes atmosféricos. Estas emisiones incluyen el 73 % de partículas en suspensión (PM2,5), el 33 % de óxidos de nitrógeno (NOx), el 2 % de amoniaco (NH3), el 18 % de compuestos orgánicos volátiles no metánicos (COVNM), el 61 % de monóxido de carbono (CO) y el 49 % de dióxido de azufre (SO2), todos ellos suponen graves riesgos para la salud.
Estos datos se desprenden de un reciente estudio difundido por el Centro Común de Investigación de la UE (JRC, por sus siglas en inglés). En el documento se indica, asimismo, que las emisiones contaminantes procedentes de la calefacción se concentran principalmente en el sector residencial (85% de PM2,5, 82% de COVNM, 79% de amoniaco y 76% de CO), lo que demuestra la necesidad de establecer límites de emisión de contaminantes más estrictos para los aparatos vendidos para su uso en este sector. El análisis muestra que esto es especialmente relevante para la biomasa en el caso de PM2,5 y para el gas y la biomasa en el caso de NOx.
Como parte del plan de acción de contaminación cero, la UE se ha comprometido a reducir la prevalencia de muertes prematuras resultantes de la contaminación del aire en al menos un 55 % para 2030, en comparación con los niveles de 2005.
Tras la revisión de la Directiva sobre calidad del aire ambiente, distintos Estados miembros tendrán que realizar esfuerzos adicionales para cumplir con los objetivos más estrictos de calidad del aire para 2030, ya que la UE ha alineado más estrechamente sus normas con los niveles de referencia de calidad del aire de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En concreto, 12 Estados miembros aún no han cumplido los nuevos requisitos de la UE y muchos países siguen proyectando que la cuota de energías renovables para 2030 estará por debajo de los niveles previstos.
Pautas del JRC
En el documento del JRC, dependiente de la Comisión Europea, y que se encarga de proporcionar asesoramiento científico y técnico a la CE, se incluyen una serie de propuestas para la mejora de la situación en los Estados miembros:
-Mejores datos sobre las emisiones de contaminantes del aire, incluidos informes más detallados de las emisiones históricas y proyectadas valores, ayudará en el proceso de monitoreo y la identificación de sectores específicos que contribuyen a la contaminación del aire
-Implementación más rápida de tecnologías de energía renovable y regulaciones más estrictas sobre las emisiones. Se necesitan sistemas basados en combustibles fósiles.
- Los subsidios, incentivos fiscales y subvenciones pueden hacer que los sistemas de energía renovable sean más asequibles para usuarios residenciales e industriales, facilitando la transición desde los combustibles fósiles
-Fomentar una transición hacia tecnologías de calefacción y refrigeración más limpias, como bombas de calor avanzadas, sistemas solares térmicos y soluciones de bioenergía de próxima generación, puede contribuir significativamente a reducir las emisiones en el sector de la calefacción y la refrigeración, ayudando a mejorar la salud pública y en los esfuerzos de mitigación del cambio climático.