La depresión afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo, siendo una de las principales causas de discapacidad, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este trastorno, que no discrimina edad, género ni condición social, representa un desafío global de salud pública. En España, los datos más recientes del Ministerio de Sanidad indican que 47,8 de cada 1.000 habitantes han experimentado trastornos depresivos. La prevalencia es más alta en mujeres y en grupos vulnerables como adolescentes y personas mayores.

En este contexto, el 13 de enero, Día Mundial de Lucha contra la Depresión, busca sensibilizar sobre la gravedad de este problema y fomentar estrategias de prevención y tratamiento que aborden no solo los síntomas, sino también las causas subyacentes de la enfermedad.

El Instituto Europeo de Psicología Positiva, del grupo educativo metrodora, resalta los hallazgos de un reciente estudio publicado en The Journal of Positive Psychology, que ofrece nuevas perspectivas para abordar la depresión desde un enfoque innovador. La investigación destaca el impacto de las Intervenciones basadas en Psicología Positiva (IPP), promoviendo una visión integral para el tratamiento de este trastorno. A través de herramientas avanzadas como el análisis de redes psicológicas, el estudio analiza cómo estas intervenciones pueden transformar las conexiones emocionales y fortalecer el bienestar de los pacientes.

Reducir el malestar y buscar el bienestar a largo plazo

Los resultados del estudio comparan las IPP con la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), un enfoque ampliamente utilizado en el tratamiento de la depresión. Ambas estrategias demostraron ser efectivas para reducir los síntomas depresivos, pero las IPP destacaron por su capacidad de ir más allá de la mitigación del sufrimiento. Estas intervenciones no solo disminuyeron los niveles de malestar emocional, sino que también reorganizaron las conexiones entre emociones positivas y negativas, fortaleciendo la resiliencia y el bienestar a largo plazo.

Según los investigadores, las IPP lograron un impacto significativo en variables como el optimismo y las emociones positivas, que emergieron como factores centrales en la recuperación emocional de los pacientes. Esto contrasta con la TCC que, aunque efectiva en la reducción de síntomas, no mostró cambios estructurales en las conexiones psicológicas de los pacientes.

Este enfoque innovador sugiere que tratar la depresión no debería limitarse únicamente a aliviar el malestar, sino también a fomentar un equilibrio emocional que permita a las personas construir una base más estable para su bienestar futuro. Las IPP integran aspectos hedónicos, relacionados con el placer, y eudaimónicos, enfocados en el propósito de vida, ofreciendo así una perspectiva holística para abordar la salud mental.

En España, el Instituto Europeo de Psicología Positiva (IEPP) ha aplicado estas intervenciones con resultados prometedores. Durante 2024, el 60% de los pacientes atendidos en el IEPP acudieron con problemas relacionados con la depresión, y las IPP se han convertido en una herramienta clave para abordar esta creciente necesidad.

"Las IPP representan un paso adelante en la comprensión de cómo abordar la depresión. No solo ayudan a mitigar el sufrimiento, sino que también construyen una base emocional positiva para el futuro", destaca sobre el estudio Juan Nieto, experto en trastornos de ansiedad y depresión del IEPP.

En este Día Mundial de Lucha contra la Depresión, el mensaje es claro: es fundamental buscar tratamientos efectivos que no solo alivien los síntomas, sino que también empoderen a las personas a recuperar su bienestar emocional y prevenir recaídas. La depresión es tratable, y con enfoques innovadores como las IPP, es posible avanzar hacia una mejor calidad de vida para quienes enfrentan este desafío.