Un sello distintivo de las enfermedades crónicas e inflamatorias es la formación de una matriz extracelular (ECM) rígida y fibrótica, típicamente asociada con capilares microvasculares anormales y permeables. Los mecanismos que explican cómo la microvasculatura responde a las alteraciones de la ECM, de momento, se desconcen casi por completo. Ahora, investigadores ...
Un sello distintivo de las enfermedades crónicas e inflamatorias es la formación de una matriz extracelular (ECM) rígida y fibrótica, típicamente asociada con capilares microvasculares anormales y permeables. Los mecanismos que explican cómo la microvasculatura responde a las alteraciones de la ECM, de momento, se desconcen casi por completo. Ahora, investigadores de la Universidad de Ciencias y Salud de Oregón (EEUU) han hallado cómo las células especializadas que rodean los vasos sanguíneos pequeños, conocidas como células perivasculares, contribuyen a la disfunción de los vasos sanguíneos en enfermedades crónicas como el cáncer, la diabetes y la fibrosis.
El estudio, dirigido por el prof. Luiz Bertassoni, director fundador del Knight Cancer Precision Biofabrication Hub y profesor del OHSU Knight Cancer Institute y de la Facultad de Odontología de OHSU , muestra que las células perivasculares detectan cambios en los tejidos cercanos, ante lo cual, envían señales que interrumpen la función de los vasos sanguíneos, empeorando la progresión de la enfermedad. "Históricamente, las células endoteliales que recubren los vasos sanguíneos se han considerado las principales responsables de la enfermedad vascular", según recordó el prof. Bertassoni. "Nuestros hallazgos representan un cambio de paradigma, ya que muestran que las células perivasculares, en realidad, actúan como centinelas. Detectan cambios en los tejidos y coordinan las respuestas vasculares. Esto abre la puerta a nuevas estrategias de tratamiento".
Para llevar a cabo el estudio se utilizó un innovador modelo de "vaso sanguíneo en un chip" desarrollado por el Dr. Christopher Chen y su equipo de la Universidad de Boston y el Instituto Wyss de Harvard, y colaboradores en este proyecto. Al reproducir condiciones como el endurecimiento y la cicatrización de los tejidos (comunes en el envejecimiento, así como en las enfermedades crónicas y el cáncer), los investigadores descubrieron que las células perivasculares provocan fugas y distorsión de los vasos sanguíneos, lo que empeora la inflamación y la enfermedad.
Los hallazgos arrojan luz, asimismo, sobre la relación entre la matriz extracelular, la función de los vasos sanguíneos y la progresión de las enfermedades. Las células perivasculares podrían convertirse en dianas para terapias destinadas a restablecer la función vascular normal y reducir la progresión de diversas enfermedades como la fibrosis, la diabetes y el cáncer.
Esta investigación es considerada, al mismo tiempo, prometedora para la prevención del cáncer y la intervención temprana. La detección temprana y el tratamiento de los cambios en estas células podrían ayudar a detener los tumores antes de que crezcan, de acuerdo con los investigadores. "Si intervenimos de forma temprana, podríamos evitar que las lesiones precancerosas progresen hasta convertirse en un cáncer en toda regla", concluyó el prof. Bertassoni.