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Más de 5 millones de casos se quedan sin cubrir debido a la escasez de neurocirujanos

La falta de formación adecuada de neurocirujanos representa una de las principales barreras para el tratamiento efectivo de enfermedades neuroquirúrgicas a nivel mundial. En los países de bajos ingresos la cifra tan solo alcanza el 1,5 de estos especialistas por millón de habitantes. Para abordar esta brecha, la Fundación NED y la Cátedra VIU-NED han promovido programas de formación flexibles, como la simulación quirúrgica o la mentoría.

14/01/2025

Cada año, unos 22,6 millones de pacientes sufren trastornos o lesiones neurológicas, de los cuales casi 14 millones requieren cirugía. Las lesiones cerebrales traumáticas, los accidentes cerebrovasculares, los tumores, y la hidrocefalia constituyen la mayor parte de la atención neuroquirúrgica esencial en todo el mundo  Sin embargo, no existen neurocirujanos capacitados ...

Cada año, unos 22,6 millones de pacientes sufren trastornos o lesiones neurológicas, de los cuales casi 14 millones requieren cirugía. Las lesiones cerebrales traumáticas, los accidentes cerebrovasculares, los tumores, y la hidrocefalia constituyen la mayor parte de la atención neuroquirúrgica esencial en todo el mundo 

Sin embargo, no existen neurocirujanos capacitados para ofrecer una atención de calidad, o una asistencia mínima. La desigualdad en el acceso a la atención neuroquirúrgica es una realidad que afecta a millones de personas en el mundo. Mientras los países de renta alta cuentan con una media de 36.1 neurocirujanos por millón de habitantes, los sistemas sanitarios de bajos recursos apenas alcanzan 1.5. 

Una ratio que expone una realidad sanitaria de emergencia mundial: sin neurocirujanos, no hay un acceso equitativo a la neurocirugía. Por ello, hace más de 20 años, el reconocido neurocirujano Jose Piquer Belloch, jefe del servicio de Neurocirugía del Hospital de la Ribera, fundó la Fundación NED, de la que hoy es presidente, e inició sus viajes a África del Este para formar a nuevos neurocirujanos en lo que hoy se conoce como Instituto NED. 

Ahora, desde la Cátedra de Neurociencia Global y Cambio Social puesta en marcha por la Universidad Internacional de Valencia y la Fundación NED, siguen trabajando en conjunto en la creación de propuestas y soluciones para esta desigualdad en la formación a través de la publicación de informes como el recientemente lanzado "Educación, Neurocirugía e Impacto Social" publicado por la Cátedra VIU-NED de Neurociencia Global y Cambio Social, perteneciente a Planeta Formación y Universidades y la Fundación NED. 

La situación es especialmente crítica en África, que soporta más del 15% de la carga mundial de enfermedades neuroquirúrgicas pero tiene la menor densidad de especialistas del mundo: solo 0.3 por millón de habitantes. "Esta enorme carencia es consecuencia de un legado histórico de desigualdad y múltiples factores, entre los que destaca una infraestructura inadecuada y programas de formación insuficientes", explica el Dr. Jose Piquer Martínez, director de la Fundación NED. 

"Si bien el contexto socioeconómico moldea la práctica diaria de la neurocirugía en cada país, las competencias fundamentales que debe poseer un especialista son inherentemente universales. Necesitamos una clasificación que nos permita pensar mejor sobre qué habilidades son más necesarias en cada ámbito y qué intervenciones son prioritarias en contextos donde las oportunidades formativas son insuficientes", señala el Dr. Rubén Rodríguez Mena, codirector de la Cátedra VIU-NED. 

La Dra. María J. García-Rubio, también codirectora de la Cátedra, enfatiza que "se requieren estrategias educativas flexibles que se ajusten a las diferentes etapas del desarrollo profesional y a los contextos socioeconómicos. El diseño de estas iniciativas debería incorporar una perspectiva social facilitando el acceso a los colectivos con menos oportunidades". 

El documento presenta más de 15 iniciativas formativas que ya han demostrado su eficacia, incluyendo programas de mentoría, laboratorios de simulación quirúrgica y colaboraciones internacionales. El objetivo es crear una red sostenible de formación que permita a los neurocirujanos capacitarse en sus países de origen, evitando la "fuga de cerebros" que tradicionalmente ha agravado el problema. 

Entre las iniciativas más destacadas están la creación de centros de educación especializada, programas de simulación quirúrgica, cirugías supervisadas, workshops prácticos y sistemas de mentoría. El informe subraya también la importancia de las tecnologías digitales y la formación online para democratizar el acceso al conocimiento neuroquirúrgico. 

Las cifras son contundentes: se necesitan más de 23,000 nuevos neurocirujanos para atender los más de 5 millones de casos que quedan sin cubrir cada año. Detrás de cada cifra hay historias humanas: pacientes con traumatismos cerebrales, accidentes cerebrovasculares, tumores e hidrocefalia que no pueden acceder a una atención que podría salvar sus vidas. La formación de neurocirujanos no es solo una cuestión de desarrollo profesional, es una necesidad urgente para garantizar el derecho fundamental a la salud. 

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