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Científicos de diversos centros japoneses han determinado que niveles séricos elevados de la proteína HMGB1, antes del inicio de la inmunoterapia con agentes anti-PD-1/PD-L1, son un rasgo característico de los pacientes con cáncer de pulmón no microcítico que experimentarán respuesta parcial o completa. En el análisis de 114 pacientes los ...
Científicos de diversos centros japoneses han determinado que niveles séricos elevados de la proteína HMGB1, antes del inicio de la inmunoterapia con agentes anti-PD-1/PD-L1, son un rasgo característico de los pacientes con cáncer de pulmón no microcítico que experimentarán respuesta parcial o completa. En el análisis de 114 pacientes los investigadores determinaron que la respuesta se asocia a concentraciones circulantes de HMGB1 superiores a 3.83 ng/mL, experimentando enfermedad estable o progresiva los pacientes con niveles por debajo de este valor. Notablemente, la mediana de supervivencia libre de progresión (SLP) fue casi dos veces mayor en el grupo con HMGB1 elevada, beneficio que fue aún más acentuado en los que además presentaron un índice de expresión de PD-L1 en el tumor igual o superior al 50%.
Kakuhiro Yamaguchi, científico del Hospital Universitario de Hiroshima y director del estudio, afirma que en este último grupo la mediana de SLP superó los 14 meses, frente a algo más de 4 meses en los que este índice fue inferior al 50%. Adicionalmente, el 60% de los pacientes con esta favorable combinación exhibió respuesta objetiva, en comparación con el 22% en el grupo con HMGB1 baja.
El investigador prosigue indicando que aunque el índice de PD-L1 ha sido ampliamente utilizado en ensayos clínicos para establecer la prognosis en pacientes tratados con inhibidores de los puntos de control inmunológico, su fiabilidad sigue siendo baja, lo que impone la necesidad de desarrollar nuevos biomarcadores clínicos, dirigidos especialmente a identificar a los pacientes con mayor probabilidad de obtener beneficio de la inmunoterapia. El papel de HMGB1 revelado en el actual estudio es consistente con otros previos, en los que se demostró que esta proteína actúa como una alarmina, estimulando las defensas naturales del organismo, concluye Yamaguchi.