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La COVID-19 persistente se conoce como un conjunto de síntomas que pemanecen en el organismo de la persona afectada más de 12 semanas después de la infección inicial con SARS-CoV-2, excluyendo diagnósticos alternativos. Los signos más comunes incluyen fatiga crónica, disnea, dolor de cabeza, palpitaciones cardíacas y falta de concentración, entre ...
La COVID-19 persistente se conoce como un conjunto de síntomas que pemanecen en el organismo de la persona afectada más de 12 semanas después de la infección inicial con SARS-CoV-2, excluyendo diagnósticos alternativos. Los signos más comunes incluyen fatiga crónica, disnea, dolor de cabeza, palpitaciones cardíacas y falta de concentración, entre otros. Muchos pacientes no pueden participar en actividades sociales o reanudarsus actividades cotidianas, lo que aumenta su angustia emocional y la de sus familias.
Los niños y adolescentes suelen experimentar una forma más leve de la enfermedad, pero algunos de los síntomas comunes, como la fatiga crónica, los dolores de cabeza y la falta de concentración, pueden afectar negativamente el rendimiento escolar y las actividades sociales.
Si bien la tomografía computarizada de tórax se utiliza con frecuencia para diagnosticar y controlar la función pulmonar de adultos con COVID persistente, normalmente no se recomienda en niños porque expone al paciente a radiación ionizante y puede requerir la inyección de un agente de contraste. Los pacientes jóvenes con sospecha de este tipo de patología suelen ser evaluados con pruebas de función pulmonar, ecocardiografía y revisión de la historia clínica.
Desafortunadamente, las pruebas pulmonares convencionales suelen mostrar una función pulmonar y cardíaca normal, incluso en pacientes sintomáticos. "Los padres deben comprender que los síntomas persistentes de sus hijos después de la COVID-19 pueden tener una base fisiológica medible, incluso cuando las pruebas médicas estándar parezcan normales", explicó la autora principal del estudio, la Dra. Gesa H. Pöhler, médica senior del Departamento de Radiología Diagnóstica e Intervencionista de la Facultad de Medicina de Hannover en Alemania.
Tecnología avanzada
Esta investigadora junto con su equipo emplearon la resonancia magnética funcional de pulmón con resolución de fase (PREFUL). Esta tecnología avanzada puede analizar la ventilación y la perfusión pulmonar. La PREFUL no requiere el uso de radiación ni agentes de contraste intravenosos y se puede realizar mientras el paciente respira libremente, lo que la convierte en un procedimiento adecuado para niños.
"Nuestra investigación proporciona la primera evidencia integral de anomalías mensurables de la perfusión pulmonar regional en pacientes pediátricos post-COVID-19 mediante imágenes pulmonares sin contraste ni radiación", afirmó la Dra. Pöhler, cuyos resultados fueron publicados en la revista 'Radiology'.
Para el estudio prospectivo, realizado entre abril de 2022 y 2023, los investigadores reclutaron a 54 pacientes de entre 11 y 17 años de edad. La mitad de los pacientes fueron diagnosticados con COVID persistente y la otra mitad eran controles sanos. Se utilizó una escala de Bell para evaluar la gravedad de los síntomas en pacientes con COVID persistente.
En comparación con los controles sanos, los niños y adolescentes con COVID-19 prolongado presentaron un flujo sanguíneo significativamente reducido en los pulmones. El síntoma más frecuente, la fatiga, afectó a todos los pacientes con COVID-19 prolongado, excepto a uno.
"Es importante destacar que la gravedad de los síntomas de fatiga se correlacionó con estos cambios en el flujo sanguíneo, lo que sugiere una posible base biológica para los síntomas persistentes de los pacientes", indicó la Dra. Pöhler.
Además del flujo sanguíneo deficiente, un subgrupo de pacientes con COVID-19 persistente con síntomas cardiopulmonares, como dificultad para respirar, también mostraron una reducción del movimiento y alcance del aire en los pulmones.
Estos investigadores sugieren que el monitoreo continuo de las anomalías pulmonares en niños con COVID prolongada en diversas etapas de la enfermedad podría ayudar a orientar las intervenciones terapéuticas y las estrategias correspondientes. "La resonancia magnética cuantitativa de los pulmones permite establecer un perfil de biomarcadores de imagen y ayuda a hacer un seguimiento de la gravedad de esta enfermedad compleja en el futuro", concluyó la Dra. Pöhler.