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Investigadores de la Universidad de Kioto han establecido que la administración oral diaria del inhibidor de JAK2 CHZ868, iniciada en el momento de la infusión intravenosa de linfocitos CAR-T anti-CD19, potencia la actividad de estas células terapéuticas en un modelo de leucemia. En ratones en los que la dosificación de ...
Investigadores de la Universidad de Kioto han establecido que la administración oral diaria del inhibidor de JAK2 CHZ868, iniciada en el momento de la infusión intravenosa de linfocitos CAR-T anti-CD19, potencia la actividad de estas células terapéuticas en un modelo de leucemia. En ratones en los que la dosificación de CAR-T había sido reducida a sus límites funcionales, la adición de CHZ868 resultó en una significativa reducción del crecimiento tumoral, prolongación de la supervivencia de los animales y mayor número de células viables en la médula ósea, sin signos de la toxicidad típicamente asociada a las terapias CAR-T.
Masaya Suematsu, codirector del estudio, afirma que los CAR-T utilizados han sido generados por el mismo grupo científico, caracterizándose estas células por la expresión de marcadores de células madre de memoria inmunológica, lo que se asocia a respuestas más potentes y duraderas. En consonancia con esta noción, estos CAR-T persistieron en los animales tratados sin mostrar signos de agotamiento, a pesar de la dosificación mínima. En experimentos adicionales in vitro los investigadores demostraron que, a diferencia de ruxolitinib, CHZ868 es activo frente células de leucemia linfocítica aguda de células B portadoras de mutaciones en JAK.
No obstante, algunas líneas celulares de este tipo de leucemia mostraron resistencia a todos los inhibidores de JAK evaluados, incluso en ausencia de mutaciones en este gen, señala Suematsu. El científico prosigue indicando que, dado que los CAR-T precisan de JAK para su normal función, esta vía debe permanecer preservada en presencia de inhibidores de JAK, como ocurre con CHZ868 y fedratinib, pero no con ruxolitinib. Los hallazgos indican que la combinación ahora examinada podría ser efectiva en numerosos tipos de cáncer, incluso aquellos en los que las mutaciones impulsoras de la oncogénesis se encuentran en genes distintos de JAK2, concluye el investigador.