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Estudian la microbiota intestinal como factor clave en la respuesta a la vacuna contra el neumococo

Un estudio publicado en la revista Science Advances advierte que la inmunodeficiencia de IgA puede reducir la eficacia de las vacunas contra el neumococo. Un grupo de investigadores del Instituto de Investigación del Hospital del Mar propone la posibilidad de administrar IgA recombinante como estrategia para mejorar la respuesta inmunitaria.
14/03/2025

La microbiota intestinal puede ser el factor por el cual determinadas personas no responden bien ante la vacuna contra el neumococo, bacteria que puede provocar diversas enfermedades, como la neumonía. Así lo establece un reciente estudio liderado por el Grupo de Investigación en Biología de las células B del Instituto ...

La microbiota intestinal puede ser el factor por el cual determinadas personas no responden bien ante la vacuna contra el neumococo, bacteria que puede provocar diversas enfermedades, como la neumonía. Así lo establece un reciente estudio liderado por el Grupo de Investigación en Biología de las células B del Instituto de Investigación del Hospital del Mar, que ha publicado la revista Science Advances

Los investigadores han analizado, a partir de modelos de ratones modificados, la respuesta a dos de los tipos de vacunas más utilizados con el neumococo, una más habitual en niños y niñas y otra en adultos. A pesar de tener principios de actuación diferentes, ambas presentan una buena cobertura. Pero en personas con un tipo concreto de inmunodeficiencia, deficiencia de inmunoglobulina A (IgA), no siempre provocan una respuesta positiva del sistema inmunitario, abriendo la puerta a infecciones respiratorias que pueden derivar en complicaciones graves. El motivo, la mala regulación de la microbiota intestinal.

La inmunoglobulina A tiene como función el control de la microbiota intestinal. Regula su funcionamiento y garantiza que su presencia es beneficiosa para el cuerpo. Pero su ausencia puede provocar una proliferación y expansión fuera de los intestinos de las bacterias que la conforman. Este hecho dispara la respuesta del sistema inmunitario para controlarlas. Respuesta que se mantienen a lo largo del tiempo, agotando a las células encargadas de las defensas. Ante este hecho, el Dr. Andrea Cerutti, investigador del Instituto de Investigación del Hospital del Mar e investigador ICREA, explica que "la vacuna puede tener una eficacia menor en ausencia de la inmunoglobulina A, al producirse una respuesta muy alta de otros anticuerpos producidos por los linfocitos B, la inmunoglobulina G (IgG) contra las bacterias procedentes del intestino. Estas bacterias estimulan el sistema inmunitario y lo dejan agotado a través de esa estimulación persistente"

En condiciones normales, "las vacunas generan una respuesta a través de anticuerpos IgG específicos para neumococo, pero en estos pacientes con inmunodeficiencia, la falta de IgA disminuye su eficiencia", según Mauricio Guzmán, investigador Ramón y Cajal del Instituto de Investigación del Hospital del Mar. Este factor hacer que se recomiende que el sistema de vacunación tenga en cuenta este hecho.

Actuar de forma precoz

Los autores del trabajo destacan el hecho que, aunque la inmunodeficiencia de IgA es una enfermedad que afecta mayoritariamente a personas adultas, sus efectos sobre el sistema inmunitario pueden empezar a una edad muy temprana. Según los resultados del estudio que ahora se publica, la falta de inmunoglobulina A y la respuesta a la proliferación de las bacterias de la microbiota se producen desde la edad pediátrica. 

Por este motivo, "se debe estudiar la posibilidad de suplementar lo antes posible a estas personas con anticuerpos IgA recombinados, como si se tratara de una inmunoterapia, para frenar los efectos de la reacción excesiva del sistema inmunitario ante la presencia de bacterias procedentes del intestino y el agotamiento del sistema inmunitario", apunta el Dr. Cerutti. Así se podría evitar la falta de respuesta de las células inmunitarias ante las vacunas después de décadas de respuesta provocada por la falta de regulación de la microbiota que provee la inmunoglobulina A.

El equipo del estudio considera que estas conclusiones pueden ser aplicables a grupos de riesgo ante la infección por neumococo, como las personas mayores de 65 años, en los cuales está recomendada la vacunación. También a otros tipos de vacuna. A la vez, apuntan que ya existen diversos ensayos clínicos para producir tratamientos que permitan solventar la falta de inmunoglobulina A.

El trabajo ha contado con investigadores del Vall d'Hebron Institut de Recerca (VHIR) y del Instituto de Investigaciones Biomédicas Sant Pau (IIB-Sant Pau), así como de la Icahn School of Medicine at Mount Sinai y Weill Cornell Medicine, ambos centros de Nueva York, en los Estados Unidos.

Autor: IM Médico
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