La sociedad española tiene más sobrepeso que nunca. Más de la mitad de la población adulta sufre sobrepeso, una problemática que ha crecido de forma exponencial en los últimos años. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) el 40% de los adultos españoles tiene sobrepeso y un 17% sufre obesidad.

Según datos registrados por loso servicios de atención primaria de España, en 2023 se atendieron 1,3 millones de personas con sobrepeso, una cifra que triplica la de hace 10 años, mostrando una tendencia creciente. De hecho, las cifras registradas por los servicios de atención primaria muestran un crecimiento sostenido e ininterrumpido desde 2011. Entonces se atendieron 143.000 personas con sobrepeso, diez veces menos que en la actualidad.

El sobrepeso y la obesidad infantil, uno de los principales problemas de salud pública en el mundo

La obesidad y el sobrepeso también supone un problema de salud pública entre los niños y los jóvenes. Según datos del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Un 38,8% de los menores de edad en España tiene sobrepeso. A diferencia de la población adulta, el porcentaje ha bajado tres puntos en los últimos ocho años. Sin embargo, las cifras siguen siendo altas y ha propiciado la creación del Comité Interministerial para reducir la obesidad infantil. Este órgano se encargará de impulsar y coordinar el desarrollo de un plan que contempla hasta 200 medidas para abordar la obesidad y el sobrepeso infantil.

La obesidad infantil sigue creciendo entre las familias pobres

Si bien la prevalencia de la obesidad y el sobrepeso infantil ha bajado levemente en los últimos años, ha subido en los hogares más humildes del país. El estudio Aladino elaborado por el Ministerio de Derechos Sociales asegura que el sobrepeso entre hogares más pobres ha subido cuatro décimas en los últimos cuatro años, mientras que en los hogares más ricos ha caído un punto. Los datos del informe también aseguran que la prevalencia de la obesidad entre los hogares pobres es más del doble que entre los hogares más ricos.

El estudio asegura que los niños de familias más humildes se exponen cuatro veces más a anuncios de comida basura y tienen peores hábitos alimentarios.