Científicos de la Universidad de Fujián han establecido que la dosificación intraperitoneal diaria de baicalina previene parcialmente el desarrollo de la insuficiencia cardíaca asociada a la estimulación crónica de los receptores beta-adrenérgicos. En el correspondiente modelo animal, la terapia mejoró la estructura y función del ventrículo izquierdo, atenuando además la hipertrofia del corazón y el aumento de tamaño de los cardiomiocitos. 

Estas mejoras fueron acompañadas por significativas reducciones tanto en los niveles de péptidos natriuréticos asociados a la patología como de la fibrosis de la pared endocardial. La baicalina también exhibió una potente acción antioxidante, reduciendo los niveles de especies reactivas de oxígeno y del nitrógeno en el miocardio. En este tejido los investigadores constataron un concomitante incremento de los niveles de catalasa y superóxido-dismutasa, enzimas esenciales en la neutralización de estos compuestos. 

Da Wo, codirector del estudio, afirma que a estos beneficios sobre el equilibrio de óxido-reducción celular se añade la acción de la baicalina sobre la NADPH-oxidasa. Una de las isoformas más relevantes de este enzima es inducida durante el desarrollo de la insuficiencia cardíaca, lo que contribuye de manera decisiva a la producción de un exceso de superóxidos. Sin embargo, la terapia redujo la inducción de la NADPH-oxidasa en le miocardio, asegura el investigador. Wo señala que la baicalina es un flavonoide aislado de la raíz de la hierba perenne Scutellaria baicalensis, cuya actividad antiinflamatoria y antioxidante ya había sido reportada en estudios previos. Los actuales hallazgos ponen de manifiesto el potencial de este compuesto en la terapia de la insuficiencia cardíaca, concluyen los autores.