Miembros de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis y de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania (EEUU) han identificado, recientemente, un componente clave para el desencadenamiento de la actividad inmunitaria y de su hiperactividad. Se trata de la proteina ArfGAP2, situada en ...
Miembros de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis y de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania (EEUU) han identificado, recientemente, un componente clave para el desencadenamiento de la actividad inmunitaria y de su hiperactividad. Se trata de la proteina ArfGAP2, situada en las células que estimula la liberación de moléculas que combaten las infecciones.
Esta proteína, cuyo papel en el sistema inmunitario se desconocía previamente, puede ofrecer un objetivo potencial para terapias que podrían prevenir las respuestas inmunitarias hiperactivas, causantes de diversas enfermedades debilitantes, según se desprende de los resultados de esta investigación, publicados en la revista 'Cell'.
El hallazgo por parte del equipo de investigadores, codirigido por el Dr. Jonathan Miner, profesor asociado de Reumatología y Microbiología y miembro del Centro Colter de Autoinmunidad de Penn, y el Dr. David Kast, profesor adjunto del Departamento de Biología Celular y Fisiología de WashU Medicine, se obtuvo al estudiar una enfermedad autoinmune poco común llamada vasculopatía asociada a STING de inicio en la infancia (SAVI).
La SAVI se debe a cambios en una proteína celular llamada STING, que normalmente actúa como un mecanismo de vigilancia molecular que responde a la presencia de ADN viral activando el componente celular que genera proteínas inmunitarias. Estas proteínas inmunitarias se liberan de la célula para indicar al sistema inmunitario la necesidad de atacar a los invasores virales y el lugar del cuerpo al que deben dirigirse las células inmunitarias. En la SAVI, la STING es hiperactiva, lo que desencadena una actividad inmunitaria constante que, en última instancia, daña el tejido sano.
Los investigadores emplearon células inmunitarias sensibles a las mutaciones patógenas en STING para realizar un análisis para identificar las proteínas que impedían esta sensibilidad. Una proteína, ArfGAP2, destacó por su estrecha relación con el paso final, cuando se liberan las proteínas de respuesta inmunitaria.
El equipo validó aún más este hallazgo en células SAVI que no producían ArfGAP2. Sin ella, STING no podría impulsar la liberación de las proteínas inmunitarias.
"Es como una estación de tren, donde ArfGAP2 actúa como conductor, indicando qué moléculas deben enviarse", indicó el Dr. Kast. "Si STING y ArfGAP2 no trabajan juntos, los trenes se detienen".
Los autores consideran de gran valor el hallazgo, ya que puede servir, además, para otras afecciones que también provocan un exceso de proteínas inmunitarias del mismo tipo. "Enfermedades como la SAVI, que son extremadamente raras, pueden brindar información valiosa porque si se logra comprender cómo funciona la mutación de una enfermedad rara, se aprende algo sobre las proteínas del organismo, lo cual puede abrir la puerta a nuevas vías de terapias para muchas clases diferentes de enfermedades", concluyó el Dr. Miner.