Investigadores de diversos centros chinos han introducido en células madre ARN mensajeros que codifican de manera transitoria factores de crecimiento que favorecen la recuperación tras el infarto de miocardio. En el correspondiente modelo animal, el implante celular en tres localizaciones del margen de la zona infartada mejoró la función ecocardiográfica, así como la fracción de eyección y el acortamiento axial del ventrículo izquierdo, ya a las dos semanas. A las cuatro semanas las mejoras de la función cardíaca también se manifestaron en el mantenimiento del grosor de la pared y sobre múltiples parámetros relativos a la actividad eléctrica ventricular, así como en una disminución tanto del tejido de cicatrización como de la infiltración por fibroblastos. 

Wei Wang, científico de la Universidad Shanghai Jiao Tong y codirector del estudio, afirma que la terapia redujo la apoptosis, o muerte celular programada, en la región infartada, incrementando además la proporción de células en estado proliferativo. El investigador prosigue indicando que las células madre produjeron importantes cantidades de los factores de crecimiento transfectados en las 72 horas siguientes a la intervención, decayendo esta producción de manera progresiva en los días posteriores. 

Esta cinética fue consistente con el aumento de vascularización del margen de la zona infartada, la cual presentó capilares y vasos maduros, asegura Wang. El tratamiento mostró ser seguro, ya que las células terapéuticas se distribuyeron principalmente en el corazón a las 24 horas y sólo marginalmente en el hígado, bazo, pulmones o riñones, concluye el científico.