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Un equipo internacional de investigadores ha establecido que la contaminación del aire se asocia a mayor mortalidad por causas respiratorias, en personas sin enfermedades crónicas de este tipo al inicio. En la monitorización a lo largo de más de 10 años, los científicos constataron que la mortalidad se asoció a ...
Un equipo internacional de investigadores ha establecido que la contaminación del aire se asocia a mayor mortalidad por causas respiratorias, en personas sin enfermedades crónicas de este tipo al inicio. En la monitorización a lo largo de más de 10 años, los científicos constataron que la mortalidad se asoció a la presencia de mayores niveles basales de compuestos orgánicos volátiles (COVs) en orina, especialmente acroleína y estireno/etilbenceno, después de excluir los primeros 4 años de seguimiento. Notablemente, estas asociaciones resultaron ser independientes de la intensidad y duración del tabaquismo, subrayando la relevancia de otras fuentes de COVs sobre la incidencia de enfermedades respiratorias crónicas.
Arash Etemadi, científico de los Institutos Nacionales de la Salud estadounidenses y codirector del estudio, enfatiza la solidez del mismo señalando que éste ha sido diseñado para excluir la posibilidad de causación inversa, derivada de la inclusión de personas que ya presentan estas patologías respiratorias al inicio. El investigador prosigue indicando que estudios previos ya habían indicado que la acroleína, aldehído generado por el aceite de cocina sobrecalentado y presente en los gases de escape de motores de combustión y en el tabaco, representa una seria amenaza para el sistema respiratorio.
Al igual que el estireno y el etilbenceno, la principal vía de exposición a la acroleína es la inhalación del aire ambiente, con consecuencias desfavorables también en otros sistemas del organismo, como demuestran recientes estudios sobre riesgos ocupacionales. Los hallazgos hacen aconsejable mantener un control sobre la exposición de la población general a materiales orgánicos en combustión y a los plásticos y gomas sintéticas, concluye Etemadi.