El IMO es uno de los 300 centros que participan en un ensayo clínico con Lampalizumab, un nuevo fármaco que está demostrando eficacia en pacientes con determinada variante genética Se trata de un hito sin precedentes en la lucha contra la forma seca de la DMAE, que afecta al 85% de los pacientes con la enfermedad y para la que hasta ahora no existía terapia.
Tras avances importantes obtenidos en el control de la forma húmeda de la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE), gracias a las inyecciones de fármacos intraoculares antiangiogénicos, los esfuerzos se centran actualmente en intentar frenar el avance de la DMAE seca o atrófica, la forma más prevalente de la ...
Tras avances importantes obtenidos en el control de la forma húmeda de la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE), gracias a las inyecciones de fármacos intraoculares antiangiogénicos, los esfuerzos se centran actualmente en intentar frenar el avance de la DMAE seca o atrófica, la forma más prevalente de la enfermedad (85% de los casos) y que a día de hoy carece de tratamiento. Con este objetivo, el Instituto de Microcirugía Ocular (IMO) es uno de los 300 centros de investigación que forman parte del proyecto europeo promovido por Roche para evaluar la respuesta de los pacientes a un nuevo fármaco (Lampalizumab). Se trata de la primera terapia que ha demostrado eficacia significativa, reduciendo la progresión de la DMAE seca, y que llega a testarse en un ensayo clínico en fase III, la última antes de la comercialización.
Como explica la Dra. Anniken Burés, especialista del Departamento de Retina y Vítreo del IMO, “lo que ahora pretendemos es confirmar los buenos resultados que se evidenciaron en la fase II, ralentizando la patología hasta en un 40% de un determinado grupo de pacientes. En este sentido, la oftalmóloga añade que “el nuevo fármaco es efectivo en estadios avanzados de la enfermedad y en personas con un perfil genético concreto”.
Este último dato pone de manifiesto “que la genética tiene mucho más peso en la DMAE del que creíamos -concluye la Dra. Burés- y, por ello, el futuro del tratamiento de esta y otras patologías retinianas pasa por el estudio genético de los pacientes y las terapias individualizadas según cada perfil”. En esta línea se desarrolla actualmente Bioimage, otro ensayo pionero liderado por la Fundación IMO para determinar si el genotipo (información contenida en el ADN) incide en la respuesta al tratamiento, en este caso, de la DMAE húmeda. Mientras que el tratamiento de la DMAE húmeda se basa en evitar la proliferación de nuevos vasos sanguíneos anómalos que sangran y pierden líquido, Lampalizumab actúa inhibiendo las vías de inflamación que juegan un papel clave en la progresión de la DMAE seca. Con ello, no se logra que la persona afectada gane visión, pero sí frenar el avance de la patología, cuya velocidad aumenta exponencialmente en las etapas más severas.