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Muchos pacientes necesitan marcapasos temporales después de una cirugía cardíaca, ya sea mientras esperan un marcapasos permanente o para ayudar a restablecer una frecuencia cardíaca normal durante la recuperación. Los dispositivos convencionales precisan cirugía a corazón abierto invasiva o cirugía endovascular menos invasiva, que pueden ser desafiantes para pacientes pediátricos ...
Muchos pacientes necesitan marcapasos temporales después de una cirugía cardíaca, ya sea mientras esperan un marcapasos permanente o para ayudar a restablecer una frecuencia cardíaca normal durante la recuperación. Los dispositivos convencionales precisan cirugía a corazón abierto invasiva o cirugía endovascular menos invasiva, que pueden ser desafiantes para pacientes pediátricos y adultos, expuestos, además, a riesgos de infecciones, laceraciones y perforaciones del miocardio, y de desplazamientos de fuentes de alimentación externas y sistemas de control.
En este contexto, ingenieros de la Universidad Northwestern (EEUU) han diseñado un marcapasos tan pequeño que puede caber dentro de la punta de una jeringa y ser introducido en el cuerpo de forma no invasiva. "La idea está pensada, sobre todo, para pacientes que solo necesitan un marcapasos temporal, ya que este novedoso dispositivo se disuelve fácilmente al estar fabricado con componentes biocompatibles, por lo que se deshace de forma natural en los biofluidos corporales, evitando así la extracción quirúrgica", según sus responsables, cuyos resultados han sido publicados en 'Nature'.
Tecnología para corazones pequeños y frágiles
Aunque puede funcionar con corazones de todos los tamaños, el marcapasos es especialmente adecuado para los corazones pequeños y frágiles de los recién nacidos con defectos cardíacos congénitos. "Nuestra principal motivación fueron los niños. Alrededor del 1% nacen con cardiopatías congénitas, independientemente de si viven en países con o sin recursos", afirmó el Dr. Igor Efimov, cardiólogo experimental de Northwestern y codirector del estudio.
El marcapasos se acopla a un dispositivo portátil pequeño e inalámbrico que se coloca sobre el pecho del paciente para controlar la estimulación. Cuando el dispositivo portátil detecta un latido irregular, emite automáticamente un pulso de luz para activar el marcapasos. Estos pulsos cortos, que penetran la piel, el esternón y los músculos del paciente, controlan la estimulación.
"Cuando se implanta el marcapasos en el cuerpo, los biofluidos circundantes actúan como el electrolito conductor que une eléctricamente esas dos almohadillas metálicas para formar la batería. Un diminuto interruptor activado por luz, ubicado en el lado opuesto a la batería, nos permite encender el dispositivo al aplicar luz que atraviesa el cuerpo del paciente desde el parche cutáneo", ", explicó John A. Rogers, pionero en bioelectrónica de Northwestern, quien dirigió el desarrollo del dispositivo.
Según los expertos, esta tecnología básica se puede adaptar fácilmente a una amplia gama de aplicaciones adicionales en electroterapia, como la regeneración nerviosa y ósea, el tratamiento de heridas y el manejo del dolor.
Imagen: John A. Rogers/Northwestern University.