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Una profesión al límite… pero no vencida No podemos hablar de Atención Primaria sin hablar de sus profesionales. Porque sin profesionales no hay sistema. Y los datos son elocuentes: plantillas insuficientes, una pirámide profesional envejecida, jubilaciones masivas a corto plazo y una preocupante falta de relevo generacional. La Sociedad Española de Médicos ...
No podemos hablar de Atención Primaria sin hablar de sus profesionales. Porque sin profesionales no hay sistema. Y los datos son elocuentes: plantillas insuficientes, una pirámide profesional envejecida, jubilaciones masivas a corto plazo y una preocupante falta de relevo generacional.
La Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) lleva tiempo alertando de esta realidad. No es un diagnóstico nuevo, pero sí cada vez más urgente.
En muchas comunidades autónomas no se cubren ni siquiera las jubilaciones, y mucho menos se refuerzan equipos para dar respuesta a la complejidad creciente de nuestros pacientes. La sobrecarga asistencial no es una queja: es una amenaza directa a la calidad, a la seguridad del paciente y a la equidad en la atención.
Y, sin embargo, ahí seguimos. Resistiendo. Sosteniendo la Atención Primaria gracias al compromiso y la vocación de los profesionales, a quienes hay que felicitar y agradecer sus esfuerzos. Pero no podemos seguir dependiendo sólo de eso. La heroicidad no puede ser la base del funcionamiento del sistema.
Los organismos internacionales, desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) hasta la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), señalan a la Atención Primaria como el eje imprescindible para la sostenibilidad de los sistemas sanitarios. Pero esa prioridad debe traducirse en decisiones concretas.
En España seguimos muy lejos del objetivo del 25% del presupuesto sanitario destinado a Atención Primaria. Algunas comunidades apenas alcanzan el 14 o el 15%. Y mientras tanto, aumentan las listas de espera, se multiplican los contratos temporales en un momento de gran carestía de recursos humanos, se cierran consultas en el medio rural, y se frena el acceso a una atención integral y continua.
Desde la SEMG reclamamos, como siempre hemos hecho, un modelo de Atención Primaria que sea resolutivo, bien dotado en recursos humanos y con la cartera de servicios que necesita la ciudadanía, y verdaderamente integral. Un modelo que esté conectado con la salud pública, con los servicios sociales y con el resto de niveles asistenciales, pero sin perder su identidad: la cercanía que garantiza la accesibilidad y la equidad, la longitudinalidad, la visión biopsicosocial y comunitaria que garantiza la verdadera medicina personalizada.
El retorno social de la inversión en Atención Primaria es un concepto clave que no siempre se entiende bien desde los despachos. No estamos pidiendo un gasto: estamos defendiendo una inversión con resultados tangibles y sostenibles en salud poblacional, en calidad de vida, en ahorro de costes futuros.
Cada euro que se invierte en Atención Primaria evita derivaciones innecesarias, hospitalizaciones evitables, diagnósticos tardíos y sobreutilización de pruebas; pero además genera comunidad, confianza y cohesión social. Eso no figura en los presupuestos, pero es tan valioso como cualquier indicador clínico.
Y en esa línea, es fundamental impulsar la investigación, la innovación, la formación sanitaria especializada y la formación continuada en el primer nivel. No hay transformación sin conocimiento. Y no podemos hablar de transformación sin contar con quienes están cada día en la trinchera asistencial, pero también formando, investigando, innovando y liderando.
Desde la SEMG estamos convencidos de que la Atención Primaria necesita un nuevo impulso, con un modelo que no sea una suma de parches, sino una verdadera reforma estructural y sostenible. Y para eso hay que apostar por:
No hablamos solo de recursos: hablamos de respeto, de confianza y de visión a largo plazo.
La SEMG está comprometida con la defensa de un modelo de Atención Primaria fuerte, vertebradora, inclusiva y centrada en las personas.
Y también quiero lanzar un mensaje a quienes nos escuchan desde las administraciones: no hay reforma sanitaria posible si no empieza por la Atención Primaria.
Conclusión: la hora de actuar es ahora
El futuro de la Atención Primaria no se juega dentro de diez años: se está decidiendo ahora, en cada presupuesto, en cada planificación de recursos humanos, en cada decisión organizativa.
Desde la SEMG seguiremos luchando por estar en todos los foros, en todos los espacios de diálogo, pero también en todos los escenarios donde sea necesario defender esta especialidad, esta profesión y este nivel asistencial. Porque no es una opción: es una obligación ética y social.
En nombre de todos los que formamos parte de SEMG, y del mío mismo, os traslado nuestra voluntad de sumar, de construir y de avanzar, siempre desde el rigor, desde el compromiso y desde la convicción de que una mejor Atención Primaria es posible. La ciudadanía se la merece y tiene derecho a ella.