Del 22 al 29 de abril, Semana Mundial de las Inmunodeficiencias Primarias. 1 de cada 500 personas en el mundo padecen una IDP, según datos de la SEICAP.
El diagnóstico precoz es fundamental para evitar complicaciones en los pacientes con inmunodeficiencias primarias (IDP), según advierte la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP). Con motivo de la Semana Mundial de las Inmunodeficiencias Primarias, que se celebra del 22 al 29 de abril, la SEICAP quiere ...
El diagnóstico precoz es fundamental para evitar complicaciones en los pacientes con inmunodeficiencias primarias (IDP), según advierte la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP). Con motivo de la Semana Mundial de las Inmunodeficiencias Primarias, que se celebra del 22 al 29 de abril, la SEICAP quiere concienciar sobre este grupo de enfermedades consideradas raras, de las que se han identificado alrededor de 250 déficits inmunitarios diferentes, y que afectan a una de cada 500 personas, más de 20 millones de personas en el mundo.
Las inmunodeficiencias o déficits inmunitarios son “una serie de enfermedades en las que hay un funcionamiento inadecuado de las defensas del organismo frente a las infecciones, entre otras manifestaciones”, explica la doctora Pilar Llobet, coordinadora del grupo de trabajo de Inmunología Clínica de la SEICAP, que precisa que afectan a uno de cada 2000 niños nacidos vivos. Además, esta especialista resalta que los pacientes sufren más infecciones de lo habitual. “Las infecciones se hacen más severas, más prolongadas, responden mal a los tratamientos habituales, y aparecen también con microbios relativamente inofensivos en las personas sin inmunodeficiencias”, apunta.
Sin embargo, y pese a la gravedad de estas patologías entre un 70 y un 80% de las IDP no se diagnostican, según la Asociación Española de Déficits Inmunitarios Primarios (AEDIP). “Las inmunodeficiencias primarias son enfermedades raras y graves para las que el diagnóstico precoz es fundamental para evitar complicaciones”, explica, por su parte, la doctora Laia Alsina, coordinadora de la unidad de IDP del Hospital Sant Joan de Déu. “Son enfermedades eminentemente pediátricas aunque también pueden aparecen en la edad adulta. Con tratamiento y diagnóstico correcto, es posible mejorar la calidad de vida hasta poder llevar una actividad prácticamente normal”, añade.
Un estudio estadounidense publicado el pasado mes de marzo en la revista Clinical Pediatrics revelaba que un 84% de los pediatras no eran conscientes de que existen directrices profesionales para diagnosticar las IDP, mientras que más de un tercio se sentían incómodos de cara a reconocer y diagnosticar dichas patologías. Este trabajo concluye que los pacientes se beneficiarían de un mejor reconocimiento de las enfermedades por los pediatras para facilitar un diagnóstico más temprano y optimizar la terapia en curso.