El texto del manifiesto busca poner a disposición de los ciudadanos, los partidos políticos y la Administración, la opinión y la voluntad de cooperación de los facultativos en todas las políticas que se desarrollen dentro del SNS; llamando especialmente la atención de aquellos que proximamente van a asumir responsabilidades sanitarias tras las elecciones autonómicas, ya celebradas, y las cercanas generales. El trabajo se divide en 12 propuestas destinadas a dar cohesión al SNS, mejorando en todos los niveles asistenciales la gestión clínica. Estas recomendaciones son promover la Prevención; poner al paciente en el centro del sistema; adecuar la asistencia a las necesidades de la población; estimular las iniciativas de base evitando las imposiciones desde arriba; reconocer las competencias de los profesionalese incentivando sus buenas prácticas; vincular el SNS a la generación de conocimiento, la innovación y el desarrollo productivo; adaptar las TIC a las peculiaridades del sistema; mejorar la calidad; evaluar los resultados; difundir la información con transparencia; lograr que el SNS cumpla los objetivos establecidos; establecer una financiación de futuro, a nivel estatal y autonómico; aumentar la eficiencia de los servicios, previa despolitización de la gestión; e incentivar la participación de los profesionales en la gestión de dichos servicios.

El manifiesto apela a la responsabilidad de los nuevos políticos que vayan a asumir la dirección sanitaria, haciendo valer la defensa de un sistema sanitario universal, público, de calidad y equitativo. Tras dar la bienvenida a los medios de comunicación, el doctor Carlos Macaya, presidente de FACME, enumeró los desafíos que tiene ante sí el SNS. Citó el envejecimiento de la población dentro de un sistema asistencial que aún no ha sabido migrar de un modelo de enfermos agudos a otro de pacientes crónicos. En ese contexto, Macaya explicó que el manifiesto defiende una cultura de la Prevención frente a las estrategias meramente reparadoras de la Salud. El ex presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), en cuya sede tuvo lugar la presentación del documento, explicó con detalle la postura de Facme en relación a la financiación del SNS. Macaya distinguió entre la estatal y la de las CCAA. En relación a la primera, consideró incomplatible mantener una buena calidad asistencial por debajo del 6,5% de PIB destinado a Sanidad. Por el lado autonómico, además, añadió el cardiólogo que se deben eliminar las diferencias autonómicas en las cantidades gastadas por las autonomías por cada uno de sus ciudadanos; porque estas pueden ser de hasta 500 euros per cápita entre distintas comunidades autónomas. También quiso aclarar Macaya que el SNS no necesita ser regenerado, sino más bien transformado. Con medidas como la instauración de órganos de gobierno en los centros asistenciales, totalmente versátiles a la hora de informar al ciudadano y rendir cuentas de su gestión.

El doctor Antonio Zapatero, tesorero de FACME recalcó que el documento plantea acciones concretas y útiles para la transformación de la Sanidad Pública. Sin embargo, no se mostró muy confiado en que tal documento pueda tener una incidencia real en los políticos hasta que las consejerías de Sanidad estén ya constituidas y activas. Se produzca cuando se produzca esa situación, Zapatero consideró muy recomendable que se empiece cuanto anto antes a fomentar la autonomía y responsabilidad de los profesionales de forma que haya una política de RRHH basada en el desarrollo de competencias profesionales que permita un cambio radical en la gestión de personal de los servicios de salud.

En el manifiesto se señalan los ajustes económicos realizados en el SNS durante la crisis como la causa de las reducciones de plantillas y salarios, de una menor inversión en innovación tecnológica, del aumento de las listas de espera, del aumento del copago farmacéutico y, en definitiva, del cambio de orientación del SNS en su conjunto, a raíz, especialmente del Real Decreto Ley 16/2012.

PIE DE FOTO:  Los doctores de Facme Carlos Macaya (presidente) y Antonio Zapatero (tesorero)