Los colegios profesionales del ámbito sanitario de Cataluña y, entre ellos, el Consejo de Colegios de Médicos, el Consejo de Colegios de Enfermeras y Enfermeros, el Consejo de Colegios de Farmacéuticos, el Consejo de Colegios de Veterinarios, el Colegio de Odontólogos y Estomatólogos, el Colegio de Psicología, el Colegio de Fisioterapeutas y, finalmente, el Colegio de Podólogos de Cataluña, han emitido un manifiesto conjunto en el que expresan que los recortes, que han afectado a inversiones y salarios, "no se pueden mantener más sin dañar nuestro sistema sanitario y la calidad asistencial", y han pedido a los partidos que no utilicen la sanidad para sus confrontaciones políticas.

"La crisis económica ha puesto en grave peligro la sostenibilidad de los pilares del Estado del Bienestar y, concretamente, del sistema sanitario", explican los colegios profesionales, que añaden que "Cataluña, al no disponer de herramientas fiscales suficientes y adecuadas, ha agudizado la insuficiencia de recursos económicos y de tesorería que sufre la sanidad desde hace años". Asimismo, los colegios profesionales informan de que la insuficiencia de recursos ha afectado a las inversiones y las retribuciones de los profesionales, "que han tenido que asumir mayores cargas de trabajo con peores condiciones y con una mayor precariedad" y recuerdan que la escasez de recursos también ha afectado a los proveedores, que no han cobrado regularmente de la administración.

De este modo, las ocho entidades que firman el manifiesto solicitan que Cataluña disponga "plenamente de estructuras y recursos necesarios para diseñar y financiar de manera justa y adecuada su sanidad" y, ante las próximas elecciones autonómicas del 27 de septiembre, los colegios apelan al "máximo consenso político" para preservar "la singularidad y diversidad de nuestro modelo sanitario que lo hacen más flexible y adaptable a la realidad".

Por último, reclaman "debates sobre los grandes retos de la sanidad de forma constructiva, serena, con rigor y huyendo de tacticismos partidistas, y evitar que se use la sanidad como herramienta de confrontación partidista que sólo provoca una mayor presión que puede acabar desconcertando a los profesionales, dañando la confianza ciudadana y generar mayor incertidumbre sobre el futuro".