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Detectan un importante foco de esquistosomiasis en una región de Angola

Un trabajo liderado por investigadores del PROSICS y del VHIR ha revelado que el 61% de los niños en edad escolar de Cubal tienen huevos del gusano causante de la enfermedad.

14/12/2015

Investigadores del Programa de Salud Internacional del Institut Català de la Salut (PROSICS) y del grupo de Enfermedades Infecciosas del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR) han llevado a cabo un estudio epidemiológico de la esquistosomiasis en Cubal, un municipio rural situado en el centro-este de Angola. La investigación ha ...

Investigadores del Programa de Salud Internacional del Institut Català de la Salut (PROSICS) y del grupo de Enfermedades Infecciosas del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR) han llevado a cabo un estudio epidemiológico de la esquistosomiasis en Cubal, un municipio rural situado en el centro-este de Angola. La investigación ha revelado que el 61% de los niños de la región padecen esta enfermedad relacionada con la pobreza. El estudio se ha publicado en Plos Neglected Tropical Diseases.

Cubal cuenta con 322.000 habitantes, de los cuales cerca de la mitad son menores de 15 años. El hospital más importante de la región es el Hospital Nossa Senhora da Paz, un centro religioso, integrado en la red de salud pública del país, que cada año atiende a cerca de 20.000 personas de toda la región. El hospital cuenta desde hace más de 7 años con el apoyo de los especialistas en enfermedades infecciosas del Hospital Universitario Vall d’Hebron, así como microbiólogos, pediatras, dermatólogos, radiólogos, y profesionales de otras disciplinas. Todos ellos no solo trabajan puntualmente sobre el terreno, sino que realizan sesiones de telemedicina junto a los dos únicos médicos del hospital angoleño. Esta colaboración ha permitido al centro ofrecer una atención de más calidad, pese a la extrema pobreza de las infraestructuras del país.

En este contexto, Cristina Bocanegra, investigadora y facultativa del PROSICS y el VHIR, ha llevado a cabo el estudio epidemiológico sobre el terreno, en niños y niñas de entre 9 y 10 años escolarizados en diferentes centros de Cubal. “Recogimos muestras de orina y heces de 1.400 niños para analizarlas con técnicas diagnósticas indirectas, que han resultado eficaces y más fáciles de usar para el personal sin formación médica”, explica la investigadora. Estas técnicas, que se compararon con las técnicas directas convencionales y dieron buenos resultados, fueron un examen con tiras reactivas en orina y un test colorimétrico.

Los últimos estudios sobre la prevalencia de la esquistosomiasis en Angola detectaron la enfermedad, en su modalidad urinaria, en el 28% de los niños en edad escolar. Una cifra que está muy por debajo del 61% de prevalencia que han encontrado en este estudio, entre los niños que van a las escuelas de Cubal. Esta diferencia se explica, según la investigadora, porque para el análisis nacional contaron con datos imprecisos de la región sacados en 1970.

En concreto, la investigadora destaca que “hemos detectado zonas del municipio cercanas al río donde más del 65% de los niños tienen huevos del parásito Schistoma haematobium, causante de la esquistosomiasis urinaria”. Esto, añade, demuestra que “el río es el principal foco de contagio de la enfermedad, ya que las zonas más lejanas son las que tienen menos prevalencia”. El río Cubal cruza la ciudad y es utilizado por sus habitantes para bañarse y lavar la ropa, pese a que el municipio no cuenta con un programa de tratamiento de las aguas.

La esquistosomiasis está causada por gusanos parasitarios que se concentran en aguas infestadas. Cuando las personas entran en contacto con estas aguas, el parásito penetra en la piel, alcanza la edad adulta y pone los huevos dentro del organismo. Además del daño que produce el parásito en la salud del portador, la autora principal del estudio alerta que “el contagio continúa porque algunos de sus huevos son expulsados a través de la orina o las heces que, en el caso de Cubal, acaban en el río”.

La enfermedad puede causar complicaciones a largo plazo, como cáncer de vejiga y lesiones renales, y en los niños puede causar anemia, retraso del crecimiento y problemas de aprendizaje, si no es tratada a tiempo. El síntoma más visible es la expulsión de sangre a través de la orina; un hecho que, según Cristina Bocanegra, es considerado como normal entre los habitantes del municipio, debido a su gran prevalencia. 

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