El presidente de la Asociación Española de Neurogerontología y Neurogeriatría, doctor Ramón Cacabelos afirmó a finales de la semana pasada que existe en marcha una nueva vacuna dual, destinada a la prevención y el tratamiento del Alzheimer. El producto fue presentado en 2011 a la oficina de patentes de EEUU y tendría valor profiláctico y protector, teniendo en cuenta que a partir de los 30 años de la vida de las personas el cerebro ya es plenamente maduro y sólo tres décadas más tarde es cuando pueden detectarse los síntomas de la enfermedad. Con la futura vacuna, que está muy próxima a entrar en fase clínica, se podría conseguir un efecto neuroprotector para los pacientes, habida cuenta que entre 20 y 30 años antes del diagnóstico ya se está produciendo muerte neuronal.

Desde su cuádruple condición de presidente de la Sociedad Española de Medicina Genómica, la World Association of Genomic Medicine, la citada Asociación Española de Neurogerontología y Neurogeriatría y el Grupo Euroespes, Cacabelos también actualizó datos sobre la nueva versión de la tarjeta farmacogenómica que permite saber si un paciente concreto tendrá efectos secundarios a partir de determinados fármacos. La nueva versión de la tarjeta incluye mayor número de genes, pudiendo informar sobre la respuesta fisiológica de un paciente a 671 fármacos distintos.

Según explicó el experto, la tarjeta parte de una premisa básica. Lo que es bueno para unos, puede ser malo para otros. En el caso de organismos humanos, resulta claro que no todos responden de la misma forma a distintos fármacos. Como norma general, y en cualquier patología, la farmacoterapia no suele ser efectiva más que para el 30% de los pacientes. Existe una clara ineficacia de los tratamientos para el 70% de los pacientes. Dichos tratamientos fracasan por las características particulares de cada genoma.Para la primera versión de la tarjeta se seleccionaron genes del metabolismo del 60-80% de los fármacos de uso común. En su tercera generación, la tarjeta es “inteligente” mediante un chip, que incluye el perfil farmacocinético del paciente. Dicho perfil se cruza con cerca de 1.000 medicamentos aprobados por la FDA y la EMA. La tarjeta, que es una llave USB, permite una vez introducida en el programa del ordenador, saber si tal o cual fármaco es adecuado para dicho paciente. Con ello se consigue una efectiva personalización de los tratamientos y se evitan efectos adversos.

Tal como refirió el doctor Cacabelos, existe otra ventaja al uso de este tipo de dispositivos. Según sus datos, más de la mitad del coste de los fármacos se dedica a corregir los efectos indeseados de otros medicamentos, administrados previamente. Ante un dolor de cabeza o menstrual, por ejemplo, se recurre comúnmente a un antiinflamatorio. Sin embargo, muchos medicamentos de este tipo provocan malestar gástrico, a parte de riesgo potencial de provocar una hemorragia digestiva. Para paliar dichas molestias, se recurre a protectores gástricos. Sin embargo, este tipo de fármacos reducen considerablemente la lívido en el varón y pueden afectar a la secreción de leche en las mujeres (prolactina). De ahí que resulte tan conveniente saber a priori si tal o cual fármaco puede resultar tóxico  para un paciente.

PIE DE FOTO:   El doctor Ramón Cacabelos, presidente de sociedades de Medicina Genómica y del grupo Euroespes (imagen http://euroespes.com/)