El grupo de rock australiano AC/DC anula su gira por Estados Unidos por el riesgo de sordera de su vocalista, Brian Johnson. 65 dB, nivel de ruido tolerable para el oído humano sin alterar su salud.
Los músicos de rock sufren un alto riesgo de sordera, debido a la exposición continuada a niveles de ruido por encima de 65 decibelios, según advierte la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC). El grupo de rock australiano AC/DC ha cancelado su gira por Estados Unidos debido al riesgo ...
Los músicos de rock sufren un alto riesgo de sordera, debido a la exposición continuada a niveles de ruido por encima de 65 decibelios, según advierte la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC). El grupo de rock australiano AC/DC ha cancelado su gira por Estados Unidos debido al riesgo de sordera de su vocalista, Brian Johnson. “Cuanto más tiempo pasemos expuestos a un ruido por encima de los umbrales aceptables, más probabilidades tendremos de que nuestra capacidad de audición vaya en descenso. Los cantantes y los músicos de rock son un claro ejemplo de personas sometidas a un exceso de ruido que perjudica la salud, El caso de Johnson es el último de una lista en la que también están Phil Collins o el batería de Metallica, Lars Ulrich, que lleva años padeciendo tinnitus”, explica la doctora Mª José Lavilla, presidenta de la Comisión de Audiología de la SEORL-CCC.
Según datos de la SEORL, un tercio de la población mundial y el 75% de los habitantes de ciudades industrializadas padecen algún grado de sordera o pérdida auditiva causada por exposición a sonidos de alta intensidad. “El daño se acumula poco a poco en la cóclea lo que deriva en un déficit auditivo progresivo, que puede pasar desapercibido en las personas más jóvenes”, añade la doctora Lavilla. También puede ser una pérdida auditiva de rápida instauración, causada por un ruido de corta duración pero de alta intensidad.
Las principales fuentes de ruido que se escuchan a diario proceden del tráfico urbano, electrodomésticos, maquinaria, dispositivos móviles, juguetes, centros comerciales, y también discotecas, salas de conciertos o reproductores de música. “El límite de ruido aceptable por el oído humano según la Organización Mundial de la Salud es de 65 dB, el equivalente al de una aspiradora; y pasa a ser doloroso a partir de los 125 dB, por ejemplo, el producido por un taladro”, subraya esta especialista. Sobrepasarían los 65 dB los ruidos procedentes de los vehículos, el claxon de un coche, el del camión de la basura, el interior de una oficina con más de 15 personas, o los petardos, entre otros, y un avión despegando llegaría a 140 dB, por encima del umbral del dolor.
La exposición continuada a la contaminación acústica puede provocar también acúfenos, “pitidos o zumbidos sin origen aparente”, afirma la doctora Lavilla. Pero también pueden aparecer otros síntomas como el vértigo, hiperacusia y algiacusia (mayor sensibilidad a los sonidos ambientales que pueden llegar a ser molestos e insoportables), fatiga auditiva, disminución de la discriminación auditiva, cefalea, insomnio, irritabilidad y disminución de la atención y memoria. Las personas con más riesgo de sufrir este tipo de trastornos son los adolescentes, y los empleados de ciertos entornos laborales. Un estudio estadounidense publicado en enero en la revista American Journal of Industrial Medicine confirma que la prevalencia de dificultades para oír y de acúfenos (también llamados tinnitus) es mayor en los trabajadores expuestos al ruido. “Para ellos es recomendable el uso de protectores y en el caso de los músicos de rock debería ser indispensable”, expresa la doctora Lavilla.
360 millones de personas sufren pérdida auditiva discapacitante en todo el mundo y la mitad de los casos se podrían evitar con prevención, según datos de la OMS. Entre sus causas se encuentran: factores genéticos, complicaciones en el embarazo y parto, enfermedades infecciosas, infecciones crónicas en el oído, el uso de determinados medicamentos, la exposición al ruido excesivo y el envejecimiento. Se aconseja proteger la audición frente al ruido y “acudir al otorrinolaringólogo en caso de pérdida auditiva, por incipiente que sea, y también en caso de inflamación, dolor o secreción del oído, frecuentes durante los resfriados, para prevenir complicaciones que puedan afectar a la capacidad de oir”, explica la doctora Lavilla.
En los niños, debido a la anatomía del cráneo a esta edad, las infecciones del oído (otitis) son muy frecuentes y son una causa común de hipoacusia infantil. De hecho, según una investigación italiana publicada en febrero en Expert Review of Anti-inefective Therapy entre el 30 y el 40 % de los niños en edad preescolar tiene episodios recurrentes de otitis media con efusión y entre un 5 y un 10% de forma crónica. El informe añade que esta patología se asocia con la pérdida a