La cercanía con los pacientes y la posibilidad de aliviar su sufrimiento, junto con el continuo desafío del diagnóstico para el conocimiento constituyen una verdadera motivación para el hematólogo José María Moraleda, actual presidente de la SEHH y jefe del Servicio de Hematología del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca (Murcia).
El hematólogo es una pieza clave en todo el proceso sanitario; es responsable del contacto directo con los bancos de sangre hospitalarios y con pacientes con enfermedades muy diversas y a la vez complejas. José María Moraleda, actual presidente de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia, insiste en la ...
El hematólogo es una pieza clave en todo el proceso sanitario; es responsable del contacto directo con los bancos de sangre hospitalarios y con pacientes con enfermedades muy diversas y a la vez complejas. José María Moraleda, actual presidente de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia, insiste en la necesidad de alcanzar una atención al paciente de excelencia, algo que se consigue en gran medida “con una metodología diagnóstica de última generación y técnicas terapéuticas innovadoras”.
Desde la SEHH también han propuesto formalmente la necesidad de ampliar a cinco años la duración formativa de los MIR de hematología, basándose en el currículum europeo. “El espacio europeo es una oportunidad, tanto laboral como científica para las generaciones de hematólogos actuales y futuras. Por esto, es coherente armonizar nuestra formación con la europea”, apunta el presidente de la SEHH.
Como avances científicos más destacados dentro de esta área terapéutica, hay que mencionar la terapia con células, que como asegura este hematólogo, “va a revolucionar el futuro del tratamiento del cáncer”. Sin embargo, José María Moraleda destaca que estas técnicas, convertidas en nuevas dianas terapéuticas “los hematólogos ya las venimos utilizando desde hace años, con la hemoterapia y el trasplante de células hematopoyéticas”, y continúa, “en el contexto de trasplante, la infusión de linfocitos del donante nos permitió identificar el enorme poder antitumoral de las células de sistema inmunológico. El siguiente e inteligente paso fue modificar genéticamente las células inmunes del propio paciente para multiplicar su poder antitumoral, incorporándole detectores específicos de las células neoplásicas y activando su mecanismo”.
Así, refiriéndose a las terapias inmuno-oncológicas novedosas como las CARTS, opina que los resultados son espectaculares y los hematólogos son los profesionales encargados de ponerlas en marcha por su conocimiento técnico y científico. No obstante, el éxito de la inmuno-oncología también es el resultado de muchos años “investigando en el laboratorio el comportamiento de las células. La investigación es la base de la innovación, y los hematólogos somos conscientes de ello y de su aplicación en la práctica diaria”. (…)
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