En los años 60 del siglo pasado el doctor José María Segovia de Arana se hizo cargo de la dirección de la Clínica Puerta de Hierro, tras el prematuro fallecimiento del doctor Gregorio Marañón. Desde esta responsabilidad, el que luego sería creador del sistema MIR de médicos internos residentes y del Fondo de Investigación Sanitaria (FIS), imprimió al hospital la impronta de la Clínica Mayo de Estados Unidos, paradigma en ese tiempo de centro asistencial, espacio universitario y campo para la investigación científica.

La Fundación Ramón Areces rindió homenaje al doctor Segovia de Arana, trayendo a la tribuna de oradores importantes representantes de diversas especialidades médicas. El jefe del Servicio de Gastroenterología y Hepatología del Hospital Universitario Puerta de Hierro (Majadahonda), Luis Abreu García, fue adjunto de Segovia de Arana durante muchos años. Experiencia que le permitió recordar que su maestro fue gastroenterólogo y jefe de Aparato Digestivo en el Hospital Provincial de Madrid (1962). Añadiendo que para el recordado facultativo la Medicina era, es y será docencia e investigación, además de clínica. Tres funciones que siempre deben ser sufragadas suficientemente por los poderes públicos. Seguidamente, el jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Puerta de Hierro (Majadahonda), doctor Luis Alonso Pulpón, también confirmó que Segovia fue un notable impulsor de su especialidad. Pero fue la jefa del Servicio de Oncología en el Hospital Puerta de Hierro, doctora Pilar España Saz, la que más contundente se mostró al afirmar que el homenajeado fue uno de los pioneros que trajeron la Oncología Médica a España.

Como recordó el doctor Federico Mayor Zaragoza, presidente del consejo científico de la Fundación Ramón Areces y conductor del acto de homenaje, Segovia de Arana pensaba que la Sanidad trasciende la política específica para ser política, plena. Una profunda convicción personal dirigida al interés general, emanada de un clínico. Por eso no fue casualidad que en su homenaje hubiera destacados políticos de la historia sanitaria española. En orden cronológico, el ex ministro de Sanidad y Seguridad Social del último gobierno de la Unión de Centro Democrático (UCD) durante la Transición española a la Democracia, Enrique Sánchez de León,  situó al doctor Segovia en un espacio imposible de separar entre lo clínico y lo político. Tras saludar al auditorio como una banda de viejos rokeros de la Sanidad, el ex ministro señaló sus orígenes como inspector de cuentas de la Seguridad Social al llegar al Ministerio de Sanidad. Junto a esto, el ponente identificó la contribución compensatoria de los laboratorios (15%) como el embrión del FIS y el posterior desarrollo formativo de la Medicina. Proyectos y programas reformistas que pintaron al profesor Segovia como un excelente gestor, a pesar o gracias a... ser clínico.

Por su parte, el ex ministro socialista de Sanidad y Consumo, Julián García Vargas comentó a los asistentes las palabras de ánimo para resistir que le dirigió el profesor Segovia, cuando el ministerio era acosado por temas tan candentes como el de las incompatibilidades de los médicos (6 meses de huelga), las gerencias de los hospitales y el propio sistema MIR, que estaba en sus primeros años de desarrollo. Todo ello, a pesar de haberse aprobado poco antes la Ley General de Sanidad y el Real Decreto 137/1984, de 11 de enero, sobre estructuras básicas de salud, que diferenció la Atención Primaria de la Especializado, además de crear el mapa nacional de áreas sanitarias.

También como político, el actual presidente del Consejo de Estado, José María Romay Beccaria, trazó una semblanza de Segovia de Arana que hoy día, de estar vivo, le llevaría a defender con ahínco la potenciación del médico de primaria ante los desafíos de la cronicidad.

Por otro lado, la subdirectora general de Evaluación y Fomento de la Investigación del Instituto de Salud Carlos III (ISCiii), Belén Bornstein anunció que dicha agencia estatal está próxima a cumplir 30 años de trayectoria. Junto a esto, también recordó como antes del MIR, la formación recaía en becas sufragadas por el fondo de compensación que proveía la Industria farmacéutica. Un antecedente como luego fue la creación del Insalud (1980) y la posterior evolución que hoy permite hablar en el país de 29 institutos de Investigación.

PIE DE FOTO:  Pilar Alcaide, colaboradora del doctor Segovia de Arana, y Federico Mayor Zaragoza, presidente del comité científico de la Fundación Ramón Areces