Porque hay muchos facultativos que ansían que llegue al paciente de riesgo de enfermedad renal crónica una carta invitándole a hacerse una prueba de creatinina en sangre y otra de albúmina en orina que apenas cuestan lo que un café. Pero no llegan a todos los candidatos a cribado las iniciativas en este sentido de algunas regiones, ni la estrategia nacional para las poblaciones de riesgo.