Porque más allá de los datos clínicos, los estudios radiológicos y la anatomía patológica, siempre imprescindibles, la biopsia líquida aporta precisión, monitorización en tiempo real, identificación de los clones más resistentes y evolución de la enfermedad mínima residual para ganar en supervivencia al comprobar que las pacientes están libres de enfermedad molecular.