IM MÉDICO #37

im MÉDICO | 37 [ ANUARIO 2019 ] 89 E spaña se ha quedado lejos de los estándares europeos en tecnología sanitaria. Muy lejos. Esta es una de las principales y preocupantes conclusiones del informe Perfil tecnológico hospitalario y propuestas para la renova- ción de tecnologías sanitarias, que ha sido elaborado por la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin) con la colaboración de las empresas del sector de tecnología y sistemas de información clínica. “El informe revela que la situación de la obsolescencia del equipamiento sanitario hospitalario es dramática y, en algunos casos, crítica para el correcto funcionamiento de los hospitales” , asegura David García Calleja , presidente del sector de Tecnologías y Sistemas de Información Clínica de Fenin. El estudio, con datos actualizados a 31 de diciembre de 2018, analiza el nivel de obsolescencia de 13 familias tecnológicas sanitarias del conjunto de hospitales públicos y privados de España y, hasta tal punto el deterioro del equipamiento sanitario de los hospitales es “extremo” , que los niveles de obsolescencia en algunas modalidades sitúan a España en el penúltimo lugar de los países de la Unión Europea. “En tecnologías como la resonancia magnética o la tomografía computarizada nos sitúa a la cola de Europa y, en general, en ninguna de las modalidades estudiadas se llega al nivel mínimo recomendado del perfil tecnológico” , indica García Calleja, que apunta que incluso en otras tecnologías como los sistemas digitales de inyección de contraste (SDIC), más del 60% de los equipos está por encima de los 10 años de antigüedad. Tres reglas El informe, al mostrar la situación de obsolescencia los equi- pos, toma como referencia los criterios de renovación del Comité Europeo de la Industria de IT, Radiología y Electro- medicina (COCIR), que establece tres reglas generales para la evolución de la tecnología y la disponibilidad de innovacio- nes. La primera de esas reglas recomienda que al menos el 60% de los equipos instalados en un centro sanitario deben de tener menos de cinco años, porque son los que incorporan el estado actual de tecnología que permite su actualización y adaptabilidad a otras innovaciones. La segunda regla indica que, como máximo, el 30% de los equipos deberán tener entre seis y 10 años, que es la antigüedad en la que pueden mantener su funcionalidad original, aunque estarán limitados a la hora de adoptar innovaciones. Y, la tercera regla, que se limitará a un máximo del 10% la tecnología de más de 10 años porque está desactualizada y es difícil de mantener por la propia evolución de los componentes electrónicos y el software. Por ello, su reemplazo se considera esencial, ya que podría estar obsoleta o resultar inadecuada para llevar a cabo con seguridad las prácticas asistenciales actuales. De estas tres reglas de oro solo se cumple la segunda, que establece que un máximo del 30% de la tecnología sanitaria tenga entre seis y 10 años, en ocho de las 13 familias analizadas en el conjunto de hospitales públicos y privados de España. No hay mucha diferencia entre la sanidad pública y privada, aunque en algunas familias tecnológicas los resultados son “España se encuentra sor- prendentemente atrasada en la implementación de nuevas tecno- logías sanitarias que contribuirían a paliar la inequidad del sistema sanitario”

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