IM MÉDICO #44

im MÉDICO | 44 [ ANUARIO 2020 ] 101 ha vivido un desarrollo importante durante el 2020. No solo ha habido lugar para las aplicaciones relacionadas con el Covid-19, sino también aquellas para cuidar la salud o para estar en con- tacto con el médico. Estos meses también han cogido importancia los chatbots. Para evitar el colapso de los centros hospitalarios, estos sistemas han realizadouna funciónpreventivamuy importante. Estos chatbots permiten resolver dudas relacionadas con diagnósticos, pero tambiénobtener asistencia relacionado conotros aspectos. En el casodel coronavirus, laOrganizaciónMundial de la Salud (OMS) y el GobiernodeEspañahancreadosupropiochatbot enWhatsapp para mantener al día a la población o resolver dudas al respecto. Cuando hablamos de SaludDigital también hablamos de la digi- talización de trámites burocráticos. Así, por ejemplo, en algunas comunidades autónomas se ha tenido acceso a los datos del perfil o sehanpodidohacer trámites desde casaqueantes debían hacerse acudiendo al centro sanitario. Es el caso, por ejemplo, de la extensión automática de recetas para pacientes crónicos. En definitiva, la tecnología también ha venido para cambiar procesos, e intentar conseguir que el Sistema Sanitario sea más ágil y fluido. Retos Pese al enorme potencial que ha demostrado la Salud Digital durante estos meses de pandemia, también se ha puesto de manifiesto la necesidad de afrontar una serie de retos para una correcta implementaciónde lamisma. Nohaydudadeque las he- rramientas sanitarias van a experimentar notorios cambios a raíz del Covid-19, loquedebería llevarnos hacia unnuevoparadigma en Salud Digital. Sin embargo, como señalan desde la ASD en su balance anual, “ un avance tecnológico sin unos cimientos éticos y legales sólidos supone un grave riesgo” . Por ello, en la Asociación creen que uno de los pasos más importantes es trabajar hacia un “ marco ético bien delimitado” . Y hacerlo de manera colectiva, colaborativa y transversalmente. Para consolidar todo lo que se ha avanzado en estos meses es necesario formar a los profesionales sanitarios en competencias digitales, pero también alfabetizar digitalmente a los ciudada- nos. Otro aspecto que no se pude pasar por alto son todos los problemas éticos relacionados tanto con la privacidad de los datos que se obtienen como con la seguridad de los mismos. Asimismo, también se debe trabajar en concienciar a gobiernos y gestores de la necesidad de invertir en nuevas tecnologías y en innovación. Y es que es necesario contar con profesionales que crean en el proyecto, que lideren un proyecto de digitalización del sistema que no puede parar. Una digitalización clave para afrontar la atención sanitaria en momentos de crisis, tal y como se ha demostrado, ante la escasez demedios, pero también ante pacientes con enfermedades crónicas o con desigualdad en el acceso al sistema. Decía Albert Einstein que “cualquier momento es bueno para aprender algo”. Quizá una de las lecciones de esta pandemia sea que hay que evitar la tentación de volver a prácticas pasadas y que ha llegado la hora, ahora ya sí, de que la Salud Digital despegue. + Tecnología humanizadora Durante estos meses de pandemia, la tecnología también ha sido prota- gonista por otro aspecto. El aislamiento que han sufrido cientos de pa- cientes, que no han podido ser visitados por las estrictas medidas que se impusieron para mitigar la propagación del virus, ha podido ser algo me- nos duro gracias a las nuevas tecnologías. Pacientes que conseguían con- tactar con sus familiares en el exterior a través de videollamadas hechas en móviles o tabletas han mostrado la cara más humana de la tecnología. No se nos olvidarán esas imágenes de enfermeras aguantando el móvil a pacientes que acababan de salir del coma en UCIs. Toda una muestra de que la tecnología no tiene porque ser deshumanizadora. Se ha demos- trado los bene- ficios de contar con un sistema sanitario digitalizado Si en 2013 se registraban un total de 153 exabytes (1.000.000 de terabytes), se prevé que para 2022 haya un total de 5.314, lo que supone un crecimiento del 48% anual