im MÉDICO | 50.3 31 el sentido que remarca que se trata de una pléyade de síntomas, tanto físicos comopsicológicos, quebienpueden ser persistentes más allá de las cuatro primeras semanas tras la infección, o recurrir o incluso aparecer de nuevo durante su evolución. También queda así remarcado en la definición de Covid persistente de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). Hay decenas de síntomas descritos, siendo los más habituales la fatiga y el malestar general, distintos dolores como el de cabeza, los déficits de concentración, la pérdida de cabello, la sensación de falta de aire o las alteraciones del estado de ánimo. Herrero puntualiza que “los síntomas más incapacitantes son la fatiga y la astenia, los dolores de cabeza y músculoesqueléticos, el dolor o las molestias torácicas, las alteraciones del olfato y del gusto y ladisminuciónde lacapacidaddeconcentracióny los trastornosdel ánimo”. Protocolo Recientemente, la SEMI y SEMERGEN han impulsado un protocolo de seguimiento a largo plazo y continuidad asistencial de pacientes Covid-19. La coordinación entre Atención Primaria y Hospitalaria, y la de ambos con los centros sociosanitarios, es un hecho necesario en cualquier entidad, “y en el caso del Covid-19 debe estar establecido un circuito y unas indicaciones básicas. El protocolo establece unas líneas marco de partida para el seguimiento de estos pacientes en dichos ámbitos, para poderlas adaptar localmente en función de las especificidades de cada área o departamento”, manifiesta el doctor. “Se refleja la necesidad de una valoración clínica, funcional y emocional, con la participación tantodelmédicocomoenfermería, y seestableceunaestratificación según lagravedadde los síntomas ypruebas requeridas parapoder derivar de manera rápida, que no debe sustituir sin embargo al criterio clínico del facultativo”. Otro de los elementos relevantes es queestablece laposibilidadde seguimientomediantee-consulta, si la situación es apropiada, así como las preguntas e ítems que pueden ser revisados con el paciente. Desde el punto de vista de Herrero, para conseguir mejorar la continuidad asistencial se deben establecer vías de derivación rápida entreAtenciónPrimaria con el equipoCovid-19de enlace, y de estos con el resto de especialistas que se requieran, de una manera ágil, sin las demoras actuales. “Se deben dedicar recursos específicos, pues supone actualmente un porcentaje no desdeñable de pacientes en las consultas como primera visita en algunas especialidades”. La necesidad de protocolos y su relevancia se hace visible en medio de numerosas dificultades reales del día a día a la hora de abordar el seguimientode los pacientes. Algunas de ellas surgen La prevalencia descrita del Covid persistente es muy variable, alcanzando desde el 10% hasta el 80% de la situación no esperable generada por la aparición de tantos pacientes con diagnóstico de Covid-19 en un periodo corto de tiempo, que desbordaron la capacidad asistencial. Otras sobrevienen, sinembargo, tal y comoafirmaHerrero, “como consecuencia de los déficits estructurales, tanto en personal como en medios de nuestro sistema sanitario. Para poder realizar esta asistencia protocolizada con calidad y garantías, se requiere de una Atención Primaria fuerte, y de una atención hospitalaria con suficiente capacidad para asumir todas las derivaciones y pruebas necesarias con un tiempo de demora razonable. No es la situación actual en muchos centros, y cada actividad asistencial que se planifique supone un coste de oportunidad sobre otras patologías de las que también hay que ocuparse”. Retos Tal y como nos expone este experto, en la actualidad existen numerosos estudios enmarcha en todo el mundo para caracterizar mejor esta enfermedad. “Seestá intentandodilucidar cómo reducir el daño tisular, cuál es el papel de la replicación viral y el de la respuesta inmune subsiguienteenperpetuar lasintomatología. Seestá trabajandoanivel de cienciabásicapara entender lafisiopatología que subyace y explica los distintos síntomas en los pacientes con Covid-19 persistente, desde ámbitos como la virología, la genética, la proteómica o la metabolómica entre otros. La investigación se plantea no solo desde el punto de vista más biologicista y para el desarrollo de terapias farmacológicas, sino que también se debe dirigir a saber cuáles son las intervenciones más efectivas desde el punto de vista sociosanitario”. Así, según Herrero, hay que definir bien cuál es el papel de las distintas pruebas complementarias y tratamientos, para dar un abordaje integral más completo y eficaz a todos los que lo necesitan, pero a la vez no caer en sobrediagnósticos o sobretratamientos que puedangenerar falsas expectativas uotros daños añadidos en el paciente. “Y todoellodebe realizarse retomandono solo la actividad ordinaria previa, sino todo aquello que ha sufrido aplazamientos, retrasos…Heaquí unbuen reto, que requieredeun buen apoyo y demedidas de refuerzo. Más allá del reto que supone establecer una buena coordinación entre niveles asistenciales y especialidades, otro de los retos es reducir la gran variabilidad en la asistenciade lospacientes conCovid-19persistente. Sedebe intentar mejorar la equidad en la asistencia, y para ello es importante disminuir estaheterogeneidadasistencial en funcióndequiénydónde pueda llevar el seguimiento del paciente”. “Más allá del reto de establecer una buena coordinación entre niveles asistenciales está reducir la gran variabilidad en la asistencia de los pacientes”
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