IM MEDICO #54

im MÉDICO | 54 85 El pasado DíaMundial de la Salud fue bueno para recordar que, como indica la Organización Mundial de la Salud (OMS),“lasaludmental esuncomponente integral yesencial de la salud”, es decir, algomás que la ausencia de trastornos odiscapacidadesmentales. Nopodemos obviar que los problemas de salud física, el aislamiento, la falta de contacto social, la dificultad en la conciliación con la vidapersonal, los cambios dehábitos, los problemas laborales, etcétera, están pasando factura a la salud mental de la población. El Covid-19 ha dejado una clara secuela en la salud mental de la población en general, pero también de los propios profesionales sanitarios. Analizamos la situación en nuestro IM Meetings del 7 de abril Los retos que nos deja la pandemia: SaludMental, que contó con el patrocinio de Servier. Lomoderó AntòniaPozo, redactora jefade IMMédico. La idea fue adentrarse en cómo ha afectado la pandemia a la población en general, haciendo especial hincapié en la poblaciónmayor. “Hay quetrabajarparamejorar suprevenciónytratamiento”, dijo. Losparticipantes analizaron cuál es la situación entre los profesionales sanitarios y debatieron acerca de la planificación y organización de recursos destinados a la salud mental. Igualmente, hablaron del Manual demanejo de la depresión en el ámbito de la crisis sanitaria, promovido por Servier España, con el objetivo de ofrecer a psiquiatras ymédicos deAtenciónPrimariaunaguíaparamejorar el manejo de la depresión en este difícil entorno para pacientes y profesionales sanitarios. Aumento de sufrimiento Manuel Martín, vicepresidente de la Sociedad Española de Psiquiatríaydirectormédicode losCentrosdeHermanasHospitalarias en Navarra y País Vasco, señaló que “la pandemia ha dejado una afectación alta en lo que es salud mental”. Esto tiene diferentes orígenes, hay que distinguir diferentes factores y hay que pensar qué se puede hacer. Hubo una especie de cierre sanitario, y se hizo sólo una atención de urgencias y en las unidades de agudos. Conforme pasa el tiempo, “se empiezan a ver las consecuencias de la pandemiamás los derivados de la falta de atención”. “Eso va creando una bolsa, en la que los nuevos casos no se detectan, que es la función deAtenciónPrimariaensalud mental. Y la red no funciona. Más el retraso de la atención. Eso va originando un embalsamiento. Se produjo una acumulación de casos, de sufrimientos, que es lo que detectan los estudios que se hacen. Aún tenemos muy pocos datos de prevalencia”, apostilló. Hubounaumentode síntomas, de sufrimiento, que son típicos de pandemiasque sehanvividoanteriormente: depresión, ansiedad, estrés postraumático, duelo y una serie de manifestaciones de tipopsicosomático como los trastornos del sueño, la irritabilidad oel aumentode consumodeansiolíticos. ¿Dóndeestamos ahora? “Sufriendo este embolsamiento”, consideró. Manuela García, vicepresidenta segunda del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos y responsable a nivel nacional del Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (PAIME), apuntó que la sensación fue muy diferente, a medida de las olas que hemos ido pasando. En la primera, nos invadió la incertidumbre. “Incluso, nuestros propios compañeros empezaban a enfermar, o a fallecer”, matizó. “A la tercera ola se llegó con una sensación de cansancio importante. Y en la cuarta de estar quemados”, explicó. Se incrementó el insomnio y el consumo de hipnóticos. La sensación era que había que ser resilientes, pero “estamos mal”. En lamayoría de las ocasiones, losmédicos no reconocen que están mal y se automedican. Durante 2020, se incrementóel ingresoen el programa de la red PAIME. Subió el número de profesionales que dijeron que se encontraban mal y que estaban al límite. Lo quemás creció fue el “trastornomental”, y el consumo de alcohol durante lapandemia. Haydos especialidades, que sonpsiquiatría y anestesiología, que tienen una mayor prevalencia dentro del programa. El MIR es el eslabón más sensible de la cadena. Óscar Pino, coordinador del Centro de Salud Mental de Adultos y coordinador del Centro de Atención y Seguimiento a las Drogodependencias L´Hospitalet del Llobregat - Benito Menni, consideró que la“financiaciónenSaludpúblicaennuestropaís es claramente insuficiente”. A salud mental sólo se destina un 4%, por lo que es “la hermanita pobre”. En los países de nuestro entorno, alrededor del 9% va destinado a salud mental. La ratio que tenemos es de seis psicólogos por 100.000 cuando lamedia europea es de 18. El IMMEETINGS patrocinado por:

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