IM MÉDICO #57

EVENTOS Y CONGRESOS im MÉDICO | 57 72 Dra. Mónica de la Fuente: “Los probióticos son fundamentales para un envejecimiento saludable” En primer lugar, la Dra. Mónica de la Fuente, farmacéutica, bióloga y catedrática de Fisiología, del Departamento de Genética, Fisiología y Microbiología, de la Universidad Complutense de Madrid, explicó qué se entiende por inmunosenescencia, un concepto relacionado con los cambios que tienen lugar en el sistema inmunitario a lo largo del proceso de envejecimiento. “Esos cambios que pueden ser de distinto tipo tanto de poblaciones leucocitarias como de función, en conjunto lo que representan es una peor capacidad funcional de nuestro sistema inmunitario para realizar su labor como es la defensa ante, por ejemplo, cánceres, infecciones, etc.” Entender lo que es la inmunosenescencia es fundamental, partiendo de que el sistema inmunitario es un marcador de salud: “A medida que tenemos esa inmunosenescencia más exacerbada, estamos perdiendo capacidad de salud con el consiguiente incremento del riesgo de padecer una enfermedad”. Asimismo, “hemos podido comprobar que nuestra inmunidad va a determinar a qué velocidad se lleva a cabo el proceso de envejecimiento en cada uno de nosotros”. Por tanto, recalcó, “es fundamental poder controlar dicho proceso”. De ello depende que se pueda lograr un envejecimiento saludable, para lo cual, indicó, “disponemos de muchas herramientas relacionadas con nuestro estilo de vida”. Entre ellos, evitar hábitos nocivos, fomentar la actividad física y mental junto a un sueño reparador, nutrición y dieta adecuadas, y control del estrés. “Es importante cuidar este conjunto emocional para poder tener una vida saludable”. La Dra. De la Fuente se refirió también al papel de los probióticos, que “desempeñan una función esencial y muestran un futuro prometedor. Los probióticos, desde mi punto de vista, forman parte de una de esas patas relativa a la dieta. Lo que nos van a proporcionar, entre otras cosas, es adecuar nuestra microbiota que es fundamental para mantenernos sanos, y que al envejecer también se deteriora, produciendo lo que se denomina una disbiosis que provoca una alteración que puede derivar en enfermedad”. Por tanto, remarcó, “la ingesta de probióticos va a ayudar a controlar y a adecuar esa microbiota que puede dañarse por muchos factores: estrés, dietas inadecuadas, medicamentos”. También “se ha podido comprobar que los probióticos, per se, tienen una acción muy importante en la salud. Ayudan a tener una mejor inmunidad, a tener una mejor salud mental. Son fundamentales para mantener un adecuado estado de salud, y también para nuestro envejecimiento saludable”. a mantener la salud de manera preventiva, al incidir sobre los sistemas homeostáticos: sistema endocrino, nervioso e inmunitario”. “El efecto en el proceso del envejecimiento de cepas probióticas de lactobacilos y de bifidobacterias es muy positivo, incluso, acuñándose el término ‘gerobiótico’ para identificar aquellas cepas probióticas que ayudan a un mejor envejecimiento al mejorar la inmunidad, dadasucapacidadantioxidanteeantiinflamatoria”. En resumen, aseguró que “para alcanzar una longevidad saludable hay que tener en ‘buena forma’ nuestra inmunidad y a ello pueden contribuir los probióticos”. Intervención del médico de AP En relación a la intervención del médico ante este tipo de situaciones, el Dr. Santianes mostró algunos ejemplos de intervención dietética en relación con la microbiota, intestino y envejecimiento. En concreto, se centró en dos proyectos. Uno de ellos, Ristomed, basado en la comparación de dos grupos de pacientes sanosmayores de 65 años, unode ellos suplementado conprebióticos, durante ocho semanas.“Como resultado sepudo observar un descenso de niveles séricos demarcadores inflamatorios y homocisteina, además de un incremento de los niveles plasmáticos de folatos y vitamina B12, en definitiva, demuestra que la relación entre inflamación y envejecimiento es evidente”, explicó. El otro trabajo al que hizo alusión el Dr. Santianes es el proyecto ‘NU-AGE’, relativo a una intervención dietética mediterránea, prolongada durante un año, en pacientes frágiles. “De los resultados se desprende que una mayor adherencia a la dieta se relaciona conunamayor diversidadde lamicrobiota, undescenso de marcadores inflamatorios, mayor movilidad y una mejora del rendimiento cognitivo”, señaló. Y es que, como indicó, desde la consulta de AP, se puede mediante una intervención obtener mayor beneficio, partiendo de la valoración integral geriátrica y biopsicosocial, que permita valorar, además de sus patologías, su capacidad funcional, su

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