im MÉDICO | 58 [ ANUARIO 2022 ] 49 presoras de órganos artificiales a los que se les administran células cultivadas en laboratorio. “De hecho ya se están haciendo en miniatura, destinados a trasplantes, lo que revolucionaría también este ámbito”, indica. Como explica Carmona, al respecto,“yahaymuchosmedicamentosde losqueestánadíadehoyutilizándoseen terapiasavanzadas que se están haciendo con equipos automatizados. Al respecto, estoy convencida de que veremosmuchísimomás en los próximos años porque esto está creciendoauna velocidadque seguroque, a medida que vayamos avanzando en su desarrollo, se encontrarán otros métodos de fabricación que reduzcan aúnmás los tiempos y que permitan abaratar en lamedida de lo posible los costes”. Retos a corto y medio plazo “En realidad, ahora, estamos inmersos en la primera oleada de este tsunami”, así, almenos, lopercibeel representantede laSEFH, José Luis Poveda. “Una vez este tipo de terapia génica se estandarice y se extienda su aplicación más allá de enfermedades raras y hacia patologías de altaprevalencia, llegaráno soloahospitales grandes de referencia sino a todo tipo de centros”. Al respecto, las previsiones para 2025 desde el punto de vista del mercado potencial es un crecimiento global de las terapias avanzadas, fundamentalmente, de la terapia génica e inmunoterapia celular. Sin embargo, hasta el momento, este tipo de medicamentos representanun auténticodesafíopara los sistemas sanitarios y su innovación. Lacomplejidad técnicadeestosproductos, el elevado coste de su fabricación y el reducido grupo de pacientes que, de momento, tienen acceso a ellos son algunos de los retos a los que se ha de hacer frente en los próximos años. A ello se suman desafíosde carácter ético, científico, técnicoy regulatorio tantoen el terrenode la terapiagénica, comocelular yde ingeniería tisular. “Engeneral encualquier tipologíademedicamentosdeeste tipo los grandes retos pasanpor que sepuedaadministrar enplazo, queno sedemoreuntratamientoporunproblemadequirófanos y, aveces, incluso la propia logística que rodea al tratamiento, que es otro de los grandes desafíos”, según señala Gloria Carmona. Por otra parte, apunta en esta ocasión el Dr. Moraleda, “es necesario un acuerdo en cuanto a la regulación de estos tratamientos, intentadoque se dé cabidaa los CAR-T académicos, que pueden estar en peligro. Ahora, la legislación está en tránsito, renovándose y se corre el riesgo de que se tenga la tentación de eliminar figuras como la exenciónhospitalaria que permite estas terapias académicas llevarlas al paciente. Ello, sin duda, sería un error histórico”. Mientras, para Poveda, otro de los aspectos fundamentales es la formación de profesionales sanitarios involucrados en este terreno.“Seabreuncampocompletamentediferenteal quehemos vislumbrado con anterioridad para el que nos vendrá muy bien todo loque hemos aprendidoperoque no es suficiente; claramente tenemos que reaprender sobre nuestra forma de trabajar”, subraya el representante de la SEFH. En definitiva, “las terapias avanzadas han venido para quedarse y para revolucionar el campo terapéutico convencional destinado a muchas enfermedades, que seampliarácuando sepuedanobtener CAR-Tparalasneoplasiassólidas: cáncerdepulmón, próstata, colon, mama, etc. Estoy convencidodeque vaa suceder sin tardarmuchos años”, concluye el Dr. Moraleda.
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