IM MÉDICO #58 ANUARIO 2022

RIESGO CARDIOVASCULAR im MÉDICO | 58 [ ANUARIO 2022] 54 Entre los grupos de enfermedades más importantes a la hora de desarrollar aplicaciones están las cardiovasculares: suponen hasta un 10% del total. La razón, para Del Barrio, es clara: “Estos grupos de pacientes están demandando este tipo de aplicaciones, ven beneficios en el seguimiento y el control de su enfermedad, y en muchos casos, loque buscanal otro lado es el profesional, el centro, la plataforma que les atienda en lo que necesitan”. El colectivo de pacientes cardiovasculares, reconoce, “está muy involucradoenel seguimientodesuenfermedad” yquiereparticipar en el proceso de toma de decisiones sobre ella. Lo que abre las puertas a unescenariode comunicaciónbidireccional a la fuerza: “El sistemasanitariotienequeaprenderaescucharmuchoal paciente, individual o a través de asociaciones de pacientes. Los pacientes nos van contando y nosotros tenemos que ir aprendiendo”, relata. Que se pueda hacer a través de las nuevas tecnologías facilita las consultas telemáticas, reconoceBarrios. “Conel tiempo, hemos ido aprendiendo a utilizar la telemedicina de una forma mucho más razonable y eficiente”, admite. Como muestra, la SEC elaboró un documento,‘Presentey futuro’, estableciendounas guías de cómo se debería estructurar la consulta telemática. Pallarés visibiliza en ese proceso de transformación digital a aquel perfil del paciente “en un rango de edad mayor”. Como responsable del Comité Científico del Congreso Nacional de SEMERGEN, que se celebrará del 18 al 21 de octubre enValencia, estáponiendoespecial énfasis enmaximizar el númerode talleres sobre nuevas tecnologías y dispositivos “para favorecer unmejor control yadherenciaa los tratamientos ydiagnósticos por partedel médico de Atención Primaria”. Porque de nada sirve disponer de la última tecnología, prosigue el facultativo, si los profesionales no tienen la “capacitación adecuada”. De ahí que el congreso sea el máximo exponente de los “talleres en forma local” que la sociedad científica está propiciando. Del Barrio expone cómo, a día de hoy, el Sistema Nacional de Salud español alcanza hasta el 60% en la duplicidad de pruebas. De la misma manera, estas herramientas facilitan otro aspecto en el que coinciden los profesionales consultados para este reportaje: la adherencia del paciente a su tratamiento y el cuidado de su salud. La “comodidad” de que este no necesite trasladarse a su centro para, por ejemplo, “revisar sus analíticas”, gracias a las herramientas que hay de receta electrónica, es uno de los puntos a favor que ensalza Barrios. Convencido de que estas herramientas han permitido “un seguimiento más estrecho” y una comunicación “rápida” entre especialistas. Sin que esto, en ningún caso, “quite unamínima relevanciaa lapresencialidad, a ese contacto casi físico entre médico y paciente”, agrega. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el grado de ineficiencia en sistemas sanitarios como el español es del 40%: “Es decir, que hay un 40% de cosas que hacemos que podrían hacerse de otra manera y tener recursos más eficientes, además en un mundo donde cada vez más hay demanda de atención sanitaria y de la saludengeneral, ydonde los recursos siguen siendo limitados”, analiza Del Barrio. Entre las posibles soluciones, apostar por una interoperabilidad entre servicios sanitarios podría “optimizar recursos y ahorrar molestias a los pacientes y profesionales”. Como ejemplos, en agilizar los diagnósticos por imagen o los perfiles genómicos, entre otras pruebas. Bajo su punto de vista, los pacientes buscan lamayor simplicidad posible en la aplicación, de la mano del rigor científico, y que sus profesionales de referencia “estén al lado” y sean fáciles de contactar en caso de necesidad. Por esto, el presidente de la ASD ve necesario que el paciente incorpore estas soluciones. Al hacerlo, se podrá medir la mejora que le supone en su calidad de vida y, además, en la enfermedad que padece. La ASD se muestra “muy expectante” por la anunciada Estrategia Nacional de Salud Cardiovascular que dio a conocer el Gobierno hace casi dos años. Enmarzode 2021 se comenzó a dar forma un plan que contó con cientos de profesionales y que los pacientes ven “comounaoportunidad”, peroqueparaDel Barrio adolecede “unplandeacciónconcreto, definanciaciónespecífica, del liderazgo concreto del Ministerio [de Sanidad] y de unos plazos concretos”. Y critica: “Ha pasado ya un año, y no deja de ser un documento que sigue circulando pero que todavía no tiene propuestas a corto plazo”.

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