im MÉDICO | 58 [ ANUARIO 2022 ] 61 El 1 de marzo de 2020 se confirmaba el primer caso de Covid-19 en España. Pese a las alarmantes noticias que llegaban de otros países sobre el avance del virus, nadie podía imaginarse la magnitud de aquel tsunami que casi tres años después se ha saldado, oficialmente, con casi 120.000 fallecimientos, 14millonesdecontagios y sieteolas ennuestropaís. Ni siquiera los gobiernos supieron hacer frente a la crisis en los primeros meses, una gestión deficiente que costómuertes en exceso. Así lorecogeel último informede laComisióndeTheLancet, elaboradopor 28expertosmundiales enpolíticaspúblicas, gobernanza, epidemiología, vacunación, economía, finanzas internacionales, sostenibilidad y saludmental. Según este documento, estos fallos globales y generalizados se cobraron 17,1 millones de vidas, muchas de ellas, “muertes evitables”. Ypordesgracia, el explosivoaumentode infeccionesqueazotaChina pone en evidencia que la pandemia, lejos de ser historia, sigue estando de rabiosa actualidad. Entre tanto, millares de personas infectadas, en algunos casos contándolo por años, conviven con las secuelas. Pilar Rodríguez Ledo, vicepresidenta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y presidenta de la Red Española de Investigación en COVID persistente (REiCOP), expone las muchas lagunas que quedan por rellenar sobre el covid persistente. Algo se ha avanzado en el conocimiento de esta nueva afección presente en personas que han sufrido la infección por el virus SARS-CoV-2, pero la realidad es que “sobre todo se ignoran muchísimas que son fundamentales, como laetiologíay el tratamiento curativomás adecuado”. Esas son las cuestiones que más se desconocen y, sin embargo, son primordiales, recalca Rodríguez Ledo. “Tenemos muchos más conocimientoencuantoaquesehademostradoalolargodeesteaño el hechodeque el virus seacartona, se esconde enalgunas partes del organismomientrasduralapersistenciadesíntomas”. Además, seha encontrado el virus en distintas partes del organismomás allá del aparato respiratorio. Un descubrimiento que “nos ayudaaexplicar parte de los síntomas que tienen estos pacientes”. El covid persistente, ese gran desconocido En este sentido, prosigue la experta, “se ha encontrado el virus en el sistema nervioso, en el aparato digestivo, en órganos que se han extraídoporque laevolucióndeestospacienteshaproducidoalgunos tumores, etc.” “Lo que está claro es que el virus no se elimina del todo del organismo, y esa persistencia , ahí escondido, puede implicar la liberacióndesustanciaseinclusocausar inflamacionesquedespiertan la tormenta de citoquinas que causarán la clínica”, describe. Por otro lado, existen todavía problemas de registro, causa directa del lógiconexodeuniónentre saber que el pacienteha tenidoantesuna infecciónagudapor coronavirusyestablecer el diagnóstico de covidpersistente. “No se estánnotificandode formaadecuada, y las administraciones no están teniendo en cuenta que los pacientes esténperfectamenteregistradosycaracterizados, loquesignificaque no sabemos exactamente a qué nos estamos enfrentando”. Sin embargo, hay un hecho cierto: los números continúan incrementándosepocoapoco. Enpalabrasde laespecialista, “enEspaña, lasúltimasestadísticasindicanquehaymásde13,5millonescontagios deCovid-19. Eso, teniendoencuentaqueahorasolosehacenpruebas Cuatro subtipos de síntomas Según un estudio israelí publicado por la revista The BMJ, la mayoría de los síntomas o afecciones que aparecen tras una infección leve por Covid-19 persisten durante varios meses, pero vuelven a la normalidad al cabo de un año. La infección por Covid-19 se asoció de forma significativa con un mayor riesgo de varias afecciones, como pérdida del olfato y el gusto, problemas de concentración y memoria, dificultades respiratorias, debilidad, palpitaciones, amigdalitis estreptocócica y mareos, tanto en el periodo inicial como en el tardío, mientras que la caída del cabello, el dolor torácico, la tos, los dolores musculares y los trastornos respiratorios se resolvieron en el periodo tardío. Asimismo, otro estudio publicado en Nature Medicine utilizó un algoritmo de aprendizaje que detectó cuatro subtipos de síntomas principales. El primero, que representó alrededor del 34% de los pacientes, estuvo dominado por síntomas relacionados con el corazón, los riñones y la circulación. Los pacientes de este grupo, en comparación con los de otros, eran mayores en promedio (mediana de edad de 65 años), tenían más probabilidades de ser hombres (49%), tenían una tasa relativamente alta de hospitalización por Covid-19 (61 %). El segundo patrón de síntomas, comparable en frecuencia (33% de los pacientes) al primero, estuvo dominado por problemas respiratorios y del sueño, ansiedad, dolor de cabeza y dolores en el pecho. Los pacientes con este patrón eran en su mayoría mujeres (63%), con una mediana de edad de 51 años y una tasa mucho más baja (31%) de hospitalización por Covid-19. Casi dos tercios de los pacientes de este grupo dieron positivo por SARS-CoV-2 durante oleadas posteriores, de noviembre de 2020 a noviembre de 2021. Las afecciones preexistentes en este grupo se centraron en problemas respiratorios como el trastorno pulmonar obstructivo crónico y el asma. Los otros dos patrones de síntomas estuvieron caracterizados, respectivamente, por síntomas musculoesqueléticos y del sistema nervioso, incluida la artritis (23%), y por una combinación de síntomas digestivos y respiratorios (10%). “Sería muy necesario seguir trabajando en el registro, así como en el conocimiento y reconocimiento de los enfermos”
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