im MÉDICO | 59 27 y terapia fetal, donde cada vez más se tiende a un parto más espontáneo y menos asistido, pero también en técnicas quirúrgicas. “La cirugía laparoscópica ha sido todo un hito en la práctica ginecológica porque permite mejorar la calidad asistencial -una cirugía segura con mejor riesgo para la paciente- al mismo tiempo que ofrece unmejor ingreso hospitalario”. El presidente de la SEGO subraya particularmente el progreso que ha supuesto el paso de cirugías abiertas a intervenciones laparoscópicas. “Hasidoungranavanceanivel quirúrgico, también en lo relacionado con las cuestiones de incontinencia urinaria y el usodemallas sintéticas quehanmejoradonotablemente lacalidad de vida de las pacientes afectadas por este tipo de problemas”. Nuevas necesidades Txanton Martínez-Astorquiza lleva al frente de la SEGO desde el año 2015, lo que le ha valido para conocer de primera mano las necesidades de una mujer que cada vez decide ser madre a una edad más tardía -a los 32,5 años de media según datos del INE de 2021-, necesidades a las que la especialidad ha sabido dar respuesta. “Hemospasadodeatender amujeresmayoritariamente sanas que tenían un embarazo en torno a los 30 años a pacientes quequierensermadresunpocomásmayores yque suelenestarasociadasaembarazosdemayor riesgo, conpatologíasasociadas, etc.” Aesa labor esencialmenteobstétrica seune el diagnósticoprenatal, la ginecología oncológica o las cuestiones sobre suelopélvico y ecografía. “Otra área de progreso es la reproducción asistida, que ha crecido sustancialmente en los últimos tiempos”. Demandas Esto es posible gracias a la preparación de los profesionales en ginecología y obstetricia. “Unodenuestrosobjetivos espotenciar la formaciónymejorade lacapacitaciónde losginecólogosyginecólogasdenuestropaís, ofreciendounprogramade formacióncontinua de altísima calidad, y además gratuito para nuestros asociados”. Y es que sin formación no hay calidad. De manera que todas estas mejoras que son ya aplicadas en esta especialidad de vanguardia requieren un amplio y variado programa de formación. “Una de las cuestiones que venimos defendiendo desde la SEGO es que ginecología pase a ser una especialidad formativa con una duración de cinco años”, sostiene Martínez-Astorquiza, y añade: “Somos la única especialidad médica de cuatro años en España, y reclamamos al Ministerio de Educación que se modifique. No es una cuestión baladí, pues nuestra especialidad ha experimentado avances, la situación sanitaria y de nuestra sociedad ha cambiado por completo así como el modelo sanitario”. “Pedimos que ginecología sea una especialidad formativa con una duración de cinco años en lugar de los cuatro de ahora” “La baja natalidad incide en nuestra práctica clínica con embarazos cada vez más tardíos que pueden entrañar más complicaciones para las mujeres” Relación médico-paciente Otrode los aspectos demejoraque fomenta la SEGOes recuperar la relación de confianza médico-paciente. “Es algo esencial en el campo sanitario, pero primordialmente en nuestra especialidad dado que acompañamos a la mujer durante toda su vida, no sólo en su época fértil o cuando quiere ser madre”. En este sentido, los profesionales ginecológicos apuestan por promover la complicidad, el entendimiento y el diálogo en una relación de igualdad y confianza. “A pesar de ciertas polémicas, los profesionales de ginecología estamos con las mujeres, somos la especialidadmás feminista de todas, estamos para defender, velar y cuidar de la salud de las mujeres”. Baja natalidad España se sitúa como el segundo país con la natalidad más baja de la Unión Europea, una problemática que no ha hecho más que acrecentarse. “Es un hecho que ha incidido notablemente en nuestra práctica clínica en las últimas décadas con embarazos a edadescadavezmás tardíasquepuedenentrañarunmayornúmero de complicaciones para las mujeres”, asegura el presidente de la SEGO, y continua: “Invitamos a las administraciones y autoridades políticas aque faciliten las condicionesnecesarias paraque lamujer puedaejercer lamaternidadsi así lodesea. Esunretoquenos implica a toda la población, no solo a nuestra actividadmédica-sanitaria”. No en vano, el impacto de la Covid-19 se ha dejado sentir en la tasa de natalidad en nuestro país, de modo que si en 2019 hubo 360.617 nacimientos, esta cifra se redujo a los 341.315 y los 337.380 en los años 2020 y 2021, respectivamente. Futuro prometedor Precisamente la SEGO trabaja codo con codo con otras especialidades para promover la salud y el bienestar de la mujer. “Impulsamos el trabajo multidisciplinar con otros profesionales sanitarios como matronas, urólogos, oncólogos, anestesistas, etc., que han hecho que se sitúe a nuestras pacientes en el centro de nuestra actividad y práctica asistencial”. Martínez-Astorquiza vislumbra un escenario prometedor para la especialidad de aquí a los próximos años. “La pandemia de Covid-19hademostradoquecontamosconexcelentesprofesionales y que nuestra sanidad es una de las mejores del mundo, pese a que sigue habiendo carencias sobre todo en lo referente a la inversión por parte de las administraciones públicas”. El objetivo de la SEGO es “seguir apostando por la formación de nuestros ginecólogos y ginecólogas, contribuir al desarrollo y evolución de nuestra especialidad en el futuro, y ayudar a nuestras pacientes a avanzar en la mejora de su salud y calidad de vida”.
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