im MÉDICO | 59 29 Esta asociación multidisciplinar lucha desde 1993 por conseguir formalizar esa figura. Según el último dato ofrecido por la organización, 1.171 asociados de distintas disciplinas (biólogos, médicos, farmacéuticos, biotecnólogos, químicos, bioquímicos y veterinarios) comparten la necesidad de quedar denominados bajounmismonombre. En este caso, el que se encontródesde la administración fue el de Biólogo Sanitario: “Porquedealguna forma nos englobamos todos dentro de ese concepto”, apunta Urries. El presidente señala además que no es solo conseguir una especialidad (lo que permitiría considerar a quien se la sacase como profesional sanitario), sino qué hace falta para alcanzar la “profesionalización y especialización”. En vista de que aún no se ha logrado ese objetivo, reconoce cómohan tratadode impulsar “una figura de acreditación” que garantizase “esa asistencia profesional a las pacientes que recurren a estas técnicas”. El pasado 19 de julio se abrió una nueva posibilidad para lograr este hito tras la publicación en el Boletín Oficial del Estado del Real Decreto del Ministerio de Sanidad que regula la formación de especialidades. Desde entonces, Urries reconoce que trabajan “en un plan formativo específico” y están preparando la propuesta parapresentarla formalmentea laAdministración. Previamente se mantuvieron reuniones “periódicas” con el propio ministerio, con la Dirección General de Ordenación Profesional (dependiente de este) o con las instituciones homólogas de las comunidades autónomas. “Y la verdad es que todos los organismos son conscientes de lanecesidaddeestaregulación,nosolopor loprofesional, sinopor los pacientescomoporcalidadasistencialentodasestastécnicas”, reitera. El sanitario confía en que “en breves fechas” se logre, de una vez, esta reclamación. Porque los profesionales trabajan a diario con “técnicas complejas y con impacto social importante”. Por esta razón, aUrries le cuesta entender“dóndepuedeestar el fallo” cuando precisamente están pidiendo “más regulación” para su cometido “y más calidad asistencial”. De hecho, justo antes de la pandemia, estuvieron a punto de zanjar este tema. Pero diversas causas, entre ellas la crisis sanitaria generada por la Covid-19 “hizo que quedara parado” y que el foco se desviara. Nuevas formas de maternidad La sociedadespañola actual yanoes laqueera. Quedapatenteen la elección cada vezmás recurrente de técnicas de reproducción asistida para alcanzar unos objetivos vitales que, de otra manera, serían mucho más difíciles o casi imposibles de conseguir. Cuestiones como la inclusión de la mujer al mercado laboral o el establecimiento de unas prioridades profesionales (ir a la universidad, encontrar un trabajo estable…) han postergado la edad de tener un hijo. “Apartirdel sigloXX, hemos retrasadoesamaternidadde los20años a que prácticamente el primer hijo se tiene cerca de los 35 años. Eso hace que con las parejas que acuden a nuestras consultas la edad media ha ido avanzando desde esos 35 y prácticamente está en los 39 años”, explica. Aunque, apunta, se ha detectado un cambio en este sentido en las nuevas generaciones de mujeres. De tal forma que otro perfil cada vez más habitual, el de chicas jóvenes que se plantean Debido a una legislación “avanzada y vanguardista”, España es dentro de Europa uno de los países que más técnicas y procedimientos de reproducción asistida realiza la maternidad “desde momentos muy tempranos”, ha llevado a optar por “preservar óvulos” de etapas fértiles para el futuro, y así tener una opción, que no es definitiva, subraya Urries, “porque en el futuro cuando vayan a utilizar esos óvulos puede que no se queden embarazadas”. Pero que, sin duda, es una de las mejores opciones para asegurar la posibilidad de tener hijos a una edad que consideren apropiada. El perfil más habitual que acude a su consulta, noobstante, suele ser el unapareja compuestapor unhombre y unamujer, de entre 38 y 40 años “que han estado intentándolo, no lo han conseguido y ven que el tiempo se les echa encima”. Las técnicas de reproducción asistida permiten en este tipo de casos acortar los plazos y facilitar que el embarazo ocurra “de la formamás rápida posible”. Por otra parte, es también más común que acudan mujeres solteras que desean ser madres sin esperar a encontrar a su “pareja ideal” y noquierenperder la oportunidadde tener unhijo. Obien aquellas parejas de mujeres que quieren ser madres y recurren a estas técnicas. A la vanguardia europea Debido a una legislación “avanzada y vanguardista”, España es dentro de Europa uno de los países que más técnicas y procedimientos de reproducción asistida realiza. “El porcentaje de niños nacidos con estas técnicas se va incrementando año a año”, añade Urries. La pandemia provocó un ligero descenso de esa tendencia alcista, sobre todo entre jóvenes; las mujeres de más de 40 años fueron las que decidieron seguir adelante con sus “planes reproductivos”. En cualquier caso, desde hace años ya no solo se busca como principal objetivo que la persona quede embarazada. Los avances en este ámbito permiten aspirar además a que se tenga “un niño sano” gracias a las nuevas técnicas de edición genética, que permiten evitar cualquier tipo de enfermedad hereditaria a nivel genético, ya sea “de novo o transmitida”. Estas técnicas han avanzado hasta tal punto que, hoy, no solo se puedendetectar enfermedades de tipogenético como cánceres, sino otras producto de diversas mutaciones. Es un campo en el que se sigue investigando de manera intensa, y que tendrá un peso importante enel XII CongresoASEBIR enPalma deMallorca, del 15 al 17 de noviembre de este año. Además, concluye, seabordarán temas como “la importanciacada vezmayor” denuevas tecnologías como InteligenciaArtificial (IA), Big Data, edición genética o trazabilidad. Estos son solo algunos de los diversos caminos para adelantar las diversas técnicas de reproducción asistida que serán el futuro.
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